La mañana teme nunca llegar.

Mi cuerpo pesa enajenado. La luz llega a lo oscuro del cuarto.

Me despierto extrañada de ser, golpeada por la incompatibilidad de los sueños y la realidad.

Abro mis brazos al sol.

Vibro. Ya no es ayer. El mundo cambió.

Viaje al mañana.

Iluminamos por dentro. Resplandecemos.

Hoy te miro a los ojos y me llena tu autenticidad.

No existen carreras para llegar a ninguna parte.

Importa el proceso. No la inmediatez.

Importa que somos humanos. No la indefinida felicidad.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS