EL GATO QUE PENSABA QUE LA LUNA ERA UN QUESO

Todos sabemos que los ratones sienten fascinación por los quesos, pero en el barrio de “Cheeshire”, existía un gato llamado “Cheesy”, era un enamorado de cualquier tipo de queso.

Casi siempre iba en solitario , vagabundeando,pidiendo queso, los demás felinos nocturnos se metían con él porque no era un gato común, que le gustara las anchoas al igual que ellos y le dejaban de lado en sus salidas nocturnas. Pues bien, Cheesy , se paseaba por los restaurantes italianos, mientras que el resto de sus colegas, se iban peleando por los restaurantes que hacían comida de pescado, ninguno terminaba de comprender aquella rareza de Cheesy.

Os lo explicaré para que lo podáis entender, nuestro gato lo acogió una familia de los suburbios de “Chesshire” que se dedicaba a la venta de quesos, desde que nuestro gato recuerda con su memoria gatuna, ha estado rodeado de quesos, al principio no le gustaban, pues su instinto animal lo rechazaba, pero como no le daban más comida ni otra diferente al queso, se hizo un gran catador gatuno de quesos.

Cheesy , tenía las patas blancas, la punta del rabo blanco, la nariz blanca , las puntas de las orejas blancas y el contorno de los ojos también blanco, el resto del cuerpo que quedaba era de color totalmente negro, gracias a esas motas blancas se lo podía distinguir entre la noche cuando salía a cazar queso.

Hubo un fatídico día para nuestro amigo gatuno, ese día fue cuando la familia se mudó sin contar con él y lo dejaron abandonado, se ve que a su amo le fue bien en la venta de quesos y amplió negocio a la gran capital, así fue, corriendo no se habían percatado ninguno de ellos de que se habían dejado a su fiel felino, quien estaba distraído con la belleza del jardín del vecino, cada año decoraba el jardín para el concurso de jardines, lo cuidaba con tal mimo, que Cheesy se quedaba embobado, las horas pasaban y ahí seguía mirándole desde lo alto del árbol cómo el vecino, de forma hipnotizadora, susurraba a las plantas y a los árboles con aquella voz gutural, tan profunda, que incluso a él le adormecía. Desde que recuerda, casi todos los años ganaba el premio, digo casi, porque tenía un rival muy duro al final de la calle y siempre había cualquier tipo de peleas, pero eso lo dejamos para otra historia de flores.

Cheesy adormilado por aquel baile con cántico que podía parecer una meditación, vio desde lo alto de aquel árbol como su familia se iba con las maletas, eran inconfundibles, iban con un coche escarabajo de color naranja, con la matrícula 0000CSS,la matrícula no fue escogida al azar, pues los ceros según su amo decía que eran enormes quesos y las letras las iniciales de su nombre y sus dos hijo, mientras que para Cheesy el coche le parecía un grandísimo queso cheddar.

Pero lamentablemente , fueron pasando los meses, llegó verano, observó que no volvían, mientras tanto iba pidiendo comida al vecino, hasta que una noche clara , viendo la luna redonda cual queso Gruyere, Cheesy, tomó la decisión de partir y tomar las riendas de su nueva vida , dirigiéndose a la ciudad, con el pensamiento de “ cuanta más gente más queso menos hambre “, pero no se podía imaginar lo duro que sería todo aquello.

Le costó varios años hacerse con un nombre, espacio y encontrar “Cheeshire”, pues algunos gatos con mala baba y por miedo a la competencia le indicaban de forma errónea el camino, burlándose de él, y eso a Cheesy le entristecía, pero con un trozo de buen queso que encontrara recuperaba la sonrisa. Tras vueltas, y más vueltas , una noche se topó de frente con Cheeshire, era un rinconcito del Reino Unido, era más que bien conocido por los ratones, ya que en él, se podía encontrar cualquier tipo de queso, de cualquier país del mundo, desde ; españoles, italianos, franceses, holandeses, mexicanos, colombianos, estadounidenses, etc …. así fue como Cheesy descubrió todo su potencial que ya conocía y ahí pudo evolucionar.

Una noche de primavera hubo un concurso de quesos, Cheesy decidió apuntarse, al principio los ratones se opusieron y se rieron de él, pero no se acobardó, y fiel así mismo, se apuntó, se sentó en la mesa con aquella montaña de quesos que sobre pasaban sus cabezas, desde los más ligeros, hasta los más apestosos y en dos horas tenían que acabarla él y su contrincante ratón, conocido como Picante, por su amor a los quesos picantes.

Aquella imagen dio lugar a un gran tumulto y revuelo de animales, se pasó de hocico a hocico, de pío a pío, de rebuzno a rebuzno, de zumbido a zumbido, incluso búhos ululando. Por fin, una vez en la vida, para ver aquel insólito concurso, se consiguió aunar a todos los animales de alrededor con la promesa de no comerse los unos a los otros, si no de disfrutar de aquel inaudito concurso, del cual Cheesy salió totalmente victorioso.

Sin embargo a nuestro amigo gatuno, tras tanto queso, se le metió una idea en la cabeza y era alcanzar la luna , pues para él era el mayor trozo de queso que podía soñar tener entre sus patitas peludas. Esta locura llegó al punto de pasarse noches creando cachibaches para alcanzar su mayor y ambicioso objetivo, hizo un lazo enorme, zancos grandes, saltarines enormes pero nada de eso fue suficiente, hasta que soñando por el día, gracias a su mejor amigo ratón mágico, llamado Picante : le gustaban los quesos picantes y la magia de ahí lo de mágico además fue un duro rival en el concurso y desde entonces se hicieron inseparables, compartiendo las mimas aficiones ; quesos y sueños.

Picante, le ayudó a construir una escalera enoooooooorme que alcanzó la luna , Cheesy no cabía de gozo en sí , por lo que invitó a su amigo a un gran queso Gouda desde la luna, con una buena botella de vino tinto, ambos riéndose de la noche del concurso y del resto de caras de asombro hasta la última gota y el último trozo.

Desde aquella noche, nuestro querido gato, se pasa las noches comiendo queso, bebiendo vino y esperando ver desde aquellas vistas tan privilegiadas a su querida familia, siendo acompañado por su inseparable amigo Picante hasta el amanecer.

En Valencia, a 25 de Marzo del 2019Firmado : Alma Poetizada