Viajaré sola a París. No me hará falta una guía, ni me emocionaré preparando el viaje. Haré la maleta solo con mi ropa. Me montaré en un avión y tus manos no apretaran las mías, mientras despegamos. Caminaré sola las calles que un día caminamos abrazados. Respiraré su aire, y tú no lo respirarás conmigo. Pero cuando deposite tus cenizas en el Sena, formarás parte para siempre de ese lugar y yo viajaré sola cada primavera a encontrarme contigo, como dos amantes fugitivos en la ciudad del amor.

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