¿Nunca han experimentado un sueño tan intenso que parece real?, tanto así que incluso cuando despiertas te preguntas si de verdad era un sueño. Bueno, yo si. lo he soñado varias veces en el pasado; siempre comienza de la misma manera y termina sin variaciones cada vez.
Me encontraba en el pueblo en donde viven mis abuelos paternos, en algún lugar en las praderas de Escocia, donde las altas hierbas y los verdes matorrales adornaban y coloreaban con brillantes matices verdes las colinas; a lo lejos se podía ver el inicio de un espeso bosque que decoraba el horizonte, con sus frondosos robles y altos pinos. era otoño o al menos eso parecía, ya que el viento soplaba con fuerza moviendo las copas de los pocos y viejos árboles que con cada movimiento dejaban caer decenas de hojas de diferentes tonalidades de naranja y rojo, que al llegar al suelo hacían más gruesa la alfombra que cubrían el suelo cercano a ellos. Por encima de la copa de los árboles, las gruesas y grises nubes que se posaban en el cielo amenazaban con dejar caer una gran tormenta sobre ese lugar, amenazas que eran reafirmaban con el sonido casi imperceptibles de los truenos a lo lejos.
Caminaba tranquilamente junto a una pequeña barda de piedra que se posaba por ambos lados del camino, acompañado de un libro, me dirigía a la casa de mis abuelos. No tenía mucha prisa por llegar; todavía era temprano y aunque muchas personas prefieren los días tranquilos y soleados del verano a mí me gustan más los días como este ( con fríos vientos soplando todo el día y las nubes cubriendo todo el paisaje), normalmente me saldría a leer al jardín ,de la mansión, en la banca blanca que esta debajo de un gran roble tan viejo como la casa misma, al tiempo que disfruta de una buena taza de café o té, que va de maravilla en días así , pero este día sentí la necesidad de buscar un nuevo lugar de lectura (claro que también influyo que mi abuelo me sacara de la casa para «buscar una aventura y disfrutar mi juventud»), camine durante 30-45 minutos entre las colinas que estaban próximas a la mansión, hasta llegar a una arboleda en donde me senté, acobijado por la sombra de algunos oyameles y me quede leyendo durante al menos 2 horas y hubiera permanecido otras dos horas ahí si no fuera por la temperatura que comenzaba a descender; antes de que me diera cuenta mi quijada no dejaba de temblar y mis vellos se erizaba del frío, no estaba del todo consciente de eso pero parece que mi cuerpo si, que, de una manera casi inconsciente me puse de pie y me dirigí a casa.
Caminaba tranquilamente por la brecha. Mi quijada temblaba y mis vellos de la piel estaba erizada desde hace un tiempo ya, pero no me molestaba, seguía con los ojos clavados en mi libros, ese maravillosos portal que hacía que me olvidase del frío y que tampoco le prestara atención a las corpulentas nubes grises que se divisaban, ahora más cerca; en fin a nada que se encontrara a mi alrededor. En ese momento un ruidoso trueno se escuchó a lo lejos, el estruendo fue tan fuerte que me saco de golpe de mi mundo de fantasía arrancándome toda distracción de mi mente, haciendo que levantará mi cabeza y volteara al cielo, solo para encontrarme al cielo coloreado con un gris oscuro que lo hacía ver un poco melancólico, gire a la derecha observando un sombrío ambiente que se extendía por todas las colinas, después a la izquierda, ahí fu en donde la vi: Una hermosa joven con larga cabellera dorada y piel blanca como la nieve. En ese momento sentí por primera vez ,en el día ,el frío aire que entraban a mis pulmones, mi boca temblorosa que no se había dejado de mover ya hacia un cuarto de hora y los vellos de mi piel tan erizados como los de un gato asustado; en pocas palabras me percate del frío que reinaba en el ambiente y me di cuenta porque exactamente me había retirado de mi lugar de lectura. La joven estaba viendo el paisaje de las colinas, llevaba puesto un sencillo pero hermoso vestido azul celeste adornado con pequeños detalles blancos. Cuando volteo a donde estaba , aun estando lejos a varios metros, pude ver con claridad su rostro y solo lo único que pensé fue: Hermosa.
Ella me miraba con unos ojos de extrañeza como si no esperaba ver a nadie en ese lugar, nos quedamos observando Hasta que finalmente dije:
-Disculpe señorita- exclame saltando la barda del camino.
– ¿Cuál es su nom… – No tuve tiempo de terminar la pregunta antes que ella corriera alejándose de mi; tarde unos segundos en reaccionar, pero finalmente me decidí a perseguirla. Corrí tras ella durante algunos minutos antes de poder alcanzarla. Cuando finalmente la alcance la sujete de la mano y ella dejo escapar un pequeño grito de susto.
Cuando ella volteo a mirar a su perseguidor ,pude ver sus hermosos ojos descubriendo un tono azul claro deslumbrante, que hizo que mi corazón se acelerará , en unos de mis libros leí que los humanos al ver algo que nos gusta la pupila se dilate en un 25%, seguramente la mía se dilato un 75% cuando vi sus rostro blanco, de finos rasgos. Sentía como mi rostro se calentaba al subir la cálida sangre, bombeada por mí ya agitado corazón, haciendo que mi cara se enrojeciera como una fresa madura. Sintiendo también lo heladas que estaban mis manos a comparación a las de ella, las mías parecían 2 trozo de hielo y las de ella estaban tan cálidas como una fogata en medio de una noche de invierno.
Volteó hacia mi y jalo de su brazo tratando de liberarse, pero después de mirarme detenidamente, su expresión cambio de una de susto a una de alivio, incluso suspiró con jubilo.
-Disculpe señorita, ¿Me puede decir su nombre?- ella me miro nuevamente con esos hermoso ojos ,que parecían un par de lagos congelados por el frió invierno; sonrió y con sus labios carmesí exclamó:
-Me llamo …
En ese instante despierto en mi cama con lágrimas en mis ojos y una sensación de vacío. Creo que esas sensaciones son sentimientos residuales de mis sueños, pero no importa cuantas veces lo sueñe siempre me sorprende la sensaciones tan reales y las emociones tan intensas que parecen visiones o recuerdo ya olvidados.
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