La conocí, de la peor forma; Abstracta.

Tenía un peculiar lunar cerca del labio, vestía de rojo y su nombre tenía ocho letras. Le gustaba dejar su identidad anónima, no quería que descubrieran los acertijos que llevaba en su mirada.

Distante, confusa y alegre

Difícil seria entenderla, porque al mirarla te daban ganas de llorar, salen chispas y sale el mar, ¿cómo no podría compadecerme? si con ella salen todos los pecados al aire, que tiene ella, que me hace querer abrazarla y matarla. Que será, eso tan peculiar que tiene al hablar. No entiendo, como puede seguir inmóvil después de ver a quien ama irse.

Intensa, a ver si te resistes al perdón, porque te quiere ver derrotado, de rodillas, suplicando piedad. Goza de la verdad, porque todo lo que la rodea es mentira, crea mundos imaginarios en su cabeza, en donde solo ella sabe como llegar. Tiene la llave, la verdad, por eso le temen muchos, porque una vez que entras, no sales mas.

¿Y como llegue yo a saber tanto?

Logre navegar en sus vacíos y quedarme a jugar en sus atracciones, me quede a degustar la carne podrida que cargaba como abrigo, recorrer sus cráteres y mirar sus ríos. La pinte por todos lados, navegue hasta no poder mas, me deje consumir por su agonía, y le hice menos pesado el trabajo de amar. Vive en guerras, y yo fui por un pequeño instante su trinchera. Esquive balas, pise espinas, para poder ver, con mis propios ojos si algo bueno cargaba su alma. Me encontré con una niña pequeña al fondo del escalón, estaba abrazando sus piernas, vi que temblaba y que tenía miedo, me acerque, vi sus ojos oscuros sin brillo, su cabello largo y sucio, vestida de gris, sin hablar, me miro, y por un momento entendí todo. La abrace, y sentí sus huesos romperse uno a uno, apreté aún con mas fuerza, y desapareció entre mis brazos, sentí mi piel ponerse tensa, y como algo viajaba dentro de mi… ¿Eras tú? ¿me dejaste al fin entrar en ti?, toque mi corazón y estaba callado. Nunca entendí, porque decían que todo lo que tocas rompes, pero ahora todo cobraba sentido.

Tal vez ella era solo una sombra que no te mueve, pero te persigue eternamente, como una dulce y penosa condena, se amarraba fuertemente a los pies de su amante, queriendo que no la dejara luchar sola contra sus demonios. Pero las balas, las lleva a través del silencio, lo que desprende es intenso, envenena la cama y te hace suyo, en un abrir y cerrar de ojos, sin querer queriendo te tragas su veneno, a través del dulce filo de sus labios.

Le pesaba el alma, por eso su extraño caminar. Era bella, de una extraña manera, le gustaba el sabor amargo del té acompañado de algo dulce. La primera vez que me contaron de ella no entendía porque tanto alboroto, una persona mas, ¿qué tiene de especial?, decidí mirarla detenidamente, la forma en que sonríe y se le marca un hoyuelo, o la arruga casi invisible que lleva en su ojo, delatando que en algún momento fue feliz. No entendía que la hizo esconderse.

Perdida entre sus miles de cabellos envolventes, la veo desaparecer a media noche.

Era viento, mar y marea.

Te consumía la energía, y te desgastaba el alma. Era la reencarnación antigua de una mujer coreana, portaba pinturas japonesas en su espalda y era tan linda como un cerezo en época prospera. ¿como no iba a enamorarme? si con un sencillo roce me alteraba el corazón.

Lo pequeño era lo suyo, pequeños gestos que ocultaban grandes razones, enigmas, secretos, todo en ella fue hecho por algo, es la «razón» de que su mirada se encontrase con la mía, porque nada es accidental. Excepto mi amor por ella.

Lo intentamos (intente) serle fiel a mi lucha, no es fácil cargar las letras de su nombre y hacerle honor a sus pisadas. Termine conmigo mismo, para comenzar a reconstruir sus ruinas de nuevo, llenar los espacios vacíos que habían dejado otros, plantar flores y hacerla amanecer, otra vez.

Me gusta pensar que me quieres, aun mas de lo que yo te quiero… Es que es tan sencillo alterar el corazón, lanzaste de todo para aniquilarme, y como siempre triunfaste en la guerra de otro, pero sigues perdiendo la tuya, porque no dejas de construir muros a tu alrededor, que te aíslan de mí.

—¿Puede mi violencia conquistar la tuya?.—

Me dijiste un día, después de echarme de tu casa. ¿Es que a caso no me dejaras ganar la guerra?. Vence tus miedos, es que a caso cerrar los ojos y dormirte, sabiendo que al otro día tendrás que volver a mancharte las manos de sangre, asusta.

Me canse de esperar a que tus heridas sanen, si lo único que haces es quedarte a mirar los desastres que causas en los demás, ¿que vas a lograr? si solo te sientas a esperar que alguien mas repare tus daños. Siéntate es esperar a que te derrumben una vez mas, hasta quedar en nada.

Me marche, mostrándome en blanco y dejando las armas a un lado. Si se trata de ti, todo es perdida, alguien como tú no logra dimensionar bien hasta que punto alguien es capaz de llegar.

Como si fuéramos piecitas de domino, un mazo de cartas, la arena suelta, no nos tocaba encajar, sabiendo que teniamos todas las herramientas para podernos amar. preferimos huir hacia otros oceanos, con la esperanza de que la inmensidad del mar, nos haga olvidar.

[…]

Era verano, aunque ella siempre se encontrase en invierno, y nunca pudiese entender todo el abrigo que me daba a pesar de que ella se estuviese congelando.

Me vio, y todo se volvió borroso para ella, difícil. Blanca y brillante, regreso a las tierras santas en donde prometió jamas volver a pisar.

—Desde que te fuiste me aterra el silencio. — soltó de la nada.

Me quede callado, y la abrace, rompiendo todas sus barreras y esquemas, quedando solo el sonido de nuestro corazón latir.

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