“Cuba es Revolución”

“Cuba es Revolución”

Elisa deja sonar el reloj despertador, el sol entra por la rendija de la ventana y una suave brisa mueve las cortinas. Son las 9:00 de la mañana, se despereza en la cama. Desde hace varios días le cuesta levantarse, la situación en su vida personal se complica y ya va siendo hora de tomar decisiones.

Desde pequeña la calle de su barrio fue siempre una olla de grillo, de chismorreo… la noticia que se les viene encima va a ser la bomba nuclear.

Siempre supo que se sentía rara con respecto a sus sentimientos, nunca se sintió bien consigo misma y fue con María con quien lo descubrió, que se ha mantenido a su lado desde ese día. María se le acerca por la espalda, le da un suave beso en la nuca, la piel se le eriza, las sensaciones que le produce un simple roce, son una señal más de que está haciendo lo correcto. Desde el comedor de su apartamento escucha los grito de Carmen su vecina, peleando con su hijo. No es novedad escucharlos, ni vivir esas peleas mientras se juega dominó hasta bien pasada la madrugada. Para ella vivir entre tantas peleas y trapicheo no ha sido fácil. Pero esa siempre fue su calle, una atracción turística para quienes creen en el cartel “Cuba es revolución” y, por otro lado, los seguidores del Che Guevara, pero también están los que persiguen a quienes, como yo, sentimos diferente.Las noticias nunca estuvieron de nuestra parte: persecuciones, golpes, mutilaciones, acoso… el miedo siempre estuvo presente que, por amar, muchos fueron encarcelados.

Termino mi café, le doy un beso a María en los labios, la tomo de la mano y salimos del apartamento. Llegó la hora de vivir y salir de la prisión de mi calle, porque amar… amar es libre.

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