¿A dónde se van los sueños que jamas se cumplen?, me pregunto de repente al oír las gotas de lluvia golpear mi ventana, un sonido que retumba en la habitación y rompe este silencio que agobia mi alma. Pienso en ti y suspiro tu nombre de una manera involuntaria, siento el frío que produce la soledad, quiero ver la luna pero las nubes cubren mi cielo y, en vez de parar, la lluvia es cada vez más fuerte, un relámpago tras otro, una sinfonía indescriptible, un espectáculo de luces y, yo empiezo a odiar cada vez más de mis sentimientos…

Y recuerdo que si existes, pero, ¿dónde estas?… Aun si nuestros caminos son distintos, aun si empezarás a olvidarme, yo sin embargo siempre te recordaré.

La lluvia va parando, se va deteniendo, el silencio regresa de repente… Y todo parece ser algún sueño lejano, como si jamas nos hubiéramos conocido, como si la lluvia nunca hubiera llegado, pero aun así… Aquellos charcos siguen aquí y, aún que quiera olvidarte para no lastimarme, no podre, por que él amor que te tengo no es un sueño, sino la realidad…

Me doy cuenta que la lluvia no me ha empapado y que las gotas en mi cara no son más que lágrimas. Pero ya es demasiado tarde, me he quedado sin palabras, la distancia entre nosotros crece y cada vez te echo más de menos.

Y el azul cielo que contigo quise ver, se ha tornado gris.

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