Compás

Hoy me he despertado triste, es un día realmente precioso, todo está empapado por la lluvia nocturna y la mañana tintinea estrepitosa jugando con los destellos del agua y algunas chispas de luz. El río Piloña, como nosotros, fluye directo a su destino, y una gaviota desorientada cruza por mi ventana perfecta.

Depende de mi que hoy sea un día de bien o un día de mal, soy yo la que decido. Solo yo. El compás está en el medio y ahora según donde me apoye el barco oscilará para aquí o para allá, aunque siempre me marcará el norte si es que quiero ser consciente de ello…

Hay sol: pero solo son rayos furtivos que se aventuran como pueden entre los amenazantes y voluminosos nubarrones tremendamente grises.

Hay sol; pero la gente no tiene la confianza suficiente como para salir sin abrigo y sin paraguas.

Hay sol, pero el servicio meteorológico ha dicho que hoy, va a ser un día de lluvia.