Demonios celestiales
Acaparen mi tormento
Colapsa la mente
En un descubrimiento
Y nadie nos puede juzgar
Por el asesinato de aquel que pasa alejado
De la vida y continuamente en ausentamiento
Nos carcomen la piel los males
De todos los esperpentos
Que tratan de ocultar su miseria
A los ojos del viento
¿Cuándo podríamos avanzar?
Sin contraproducentes descubrimientos
Demonios ancestrales
Amainen mi sufrimiento
Nace el hijo prodigio
Cae el padre en aislamiento
Muere la madre en prejuicios
Y el pobre niño en su impedimento
Llora la partida de su alimento
Mórbida y fragante vida
Libéralo de este lamento
Demonios atemporales
Aléjense de mi cuerpo
Maldita sea la hora
En la que se adjudique
Un juramento
Y malditos sean los cobardes
Por tapar el armamento
Desde la cúspide hasta el derrumbamiento
Me prometieron declinar
Cualquier angustia en mí
Pero ahora estoy hambriento
Necesito el fervor de la luz tenaz
Madre de los dioses
Y fuerza sin vanidad
Sírveme tú de consuelo.
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