Aquí me encuentro. Sola. Perdida entre millones de libros. Todos ellos observándome con descaro. Riéndose de mi soledad, de mi ansioso deseo por expandir mi alma y rebosar felicidad con la persona que amo, como era antaño. Qué tiempo. Ahora mi pequeña compañera de viaje, que es mi niña interior, grita auxilio desde lo más hondo. Se muere. Necesita el oxígeno del amor y la esperanza para volver a esos 5 años. Si el ser humano pierde la esperanza, un día, su cuerpo se convertirá en polvo. Pero su espíritu morirá agónicamente si no encuentra un rayo de luz que lo resucite para siempre.

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