El malvado sistema

El malvado sistema

KRA

10/02/2019

Aquellos jóvenes no tenían la culpa de estar perdidos en el mundo de las drogas, la mayoría de veces lo hacían para escapar de su horrible realidad. No podían estudiar, tenían que trabajar en lo que fuera para llevar recursos económicos a su hogar. Sus padres alcohólicos no les brindaban ayuda económica. Esta adicción se adquiere en su época escolar, ya sea con sus compañeros o con sus amigos de barrio.

La persona que los induce a esta adicción, es el típico hijo de puta que les lava su débil cerebro de joven. Este tipo suele ser una persona cercana, alguien que ellos consideran amigo. Les dice siempre el típico discurso:

«Tengo algo que lo hará olvidarse de todos sus problemas, con esta droga se adentrara en un estado de relajación en el que los problemas no existen»

El joven cae llevado por el estrés, causado por los problemas en su casa, sus padres borrachos que se pierden por varios días. Los medios de comunicación impulsan el consumo de drogas con películas, música y series de televisión. Todo el tiempo nos están metiendo las drogas por los ojos. En este país el narcotráfico alimenta todos los políticos de derecha, es la razón por la cual no se legaliza el consumo de drogas. En este negocio hay una mano negra muy poderosa que tiene tentáculos en la política colombiana.

Amigo lector, si usted vive en Colombia, de seguro se ha preguntado:

¿Quiénes son los culpables de la drogadicción?

Yo me lo he preguntado desde que tenía 6 años de edad y vi un joven habitante calle, hasta el día de hoy lo recuerdo con mucha claridad. Un joven alto, delgado, cabello desgastado, piel morena, cabello largo, despeinado, rostro de calavera, ropa maltratada, llena de agujeros, zapatos rotos y mirada perdida. A pesar de su estado, el joven gritaba con mucha felicidad:

—¡SOOOOOOOLLLLLLLLL!

Pregunté a la señora que estaba a mi lado:

—¿Qué le pasa a ese joven, por qué se ve tan mal vestido y qué está tratando de decir con esos gritos?

La señora me miró, observando la inocencia que reflejaban mis ojos de niño regordete con mejillas rosadas y me respondió:

—¡El joven está poseído por el demonio del vicio!

Yo exclamé con tono de asombro— ¿Qué es vicio?

La señora me respondió con un tono de voz mucho más serio—El vicio es un cigarrillo que se llama marihuana. Ese muchacho consumió mucha marihuana, hasta el punto de enloquecer, por eso lo tuvieron que sacar de su casa y lleva 2 años en la calle.

Yo no entendía por qué un joven podía ser echado de su casa, solo necesitaba ayuda; sin embargo, lo sacan en su peor momento. Hasta el día de hoy, no entiendo por qué sacaron a ese joven de su hogar. Les hago una pregunta:

¿La calle reformaría ese joven? ¿En la calle aprendería a ser una persona de bien?

En mi opinión personal, los padres decidieron empujarlo al abismo, en la calle no se puede aprender nada bueno. En la calle se puede ver lo peor de esta sociedad, los instintos más bajos del ser humano, cosas que ni siquiera nos pasan por la cabeza. No quisiera encontrarme con los padres de ese joven.

Yo encuentro varios culpables de consumo de drogas en el país. Primero empezaremos por un gobierno que criminaliza el comercio de drogas; pero al mismo tiempo, permite que los cantantes de moda hablen de droga, alcohol y delincuencia en sus canciones. Se da mucha importancia al típico cantante maleducado, machista, que además presume su consumo de drogas. Aparecen en televisión hablando con orgullo de capturas de pequeños proveedores, nos informan con cifras falsas, inflan a los pequeños delincuentes y los medios de comunicación les ayudan con su lavado de cerebro al pueblo colombiano.

Me causa risa ver el típico colombiano clase media viendo el noticiero y creyendo que todo lo que nos informan es 100 % verídico, orgulloso del gobierno de turno. Enojado con una guerrilla comunista de la que no entiende su origen; toda su vida ha estado en la comodidad de la ciudad, no sabe por qué odia a la guerrilla, ni siquiera sabe que significa la palabra guerrilla; los odia porque los medios le dicen que lo haga. Me causa risa ver que no podemos pensar por nosotros mismos.

Los padres de familia que se dan el lujo de traer un niño a sufrir a este mundo, sin saber cómo lo va a alimentar. Los colombianos somos extremadamente católicos, tenemos un dicho que me llena de rabia: «Todo niño viene con su pan debajo del brazo», por eso creemos que podemos traer niños a sufrir a este mundo. Odio la cultura de irresponsabilidad del colombiano promedio que dice:

«vamos a tener un hijo, luego veremos cómo lo vamos a alimentar, con ayuda de Dios saldremos adelante».

No entiendo, ¿por qué le echan toda la culpa a un Dios?

Ese niño que va a nacer, es producto de la irresponsabilidad. Su Dios no tiene la culpa, la culpa es suya.

Por otro lado, nos parece un crimen el aborto. Degradamos a las mujeres que abortan. ¿Qué es peor? ¿Abortar un feto o traer un niño a sufrir a este mundo, pasar por necesidades, estar expuesto al peligro y en muchos a casos a obligarlo a trabajar para ayudar con los gastos del hogar?

De todas las personas, el joven drogadicto es el menos culpable. Es víctima del diabólico sistema en el que vive.

Siempre he pensado que la causa de todos los males del mundo son la pobreza y la desigualdad

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