Vivo en una encrucijada, con el recuerdo de lo que alguna vez fue y el pensamiento de lo que ahora es.

No podía aceptar que esta sería mi vida, en una sociedad que dicen llamar civilizada, así que hice la inevitable pregunta.

¿Este es el Mundo en el cual quiero vivir?

Una noche me acosté a dormir con esta pregunta en mi mente. Me adentré en la oscuridad de los sueños, permitiendo que mi cuerpo se relajara y fuera conducida a un estado donde las preocupaciones de la realidad, fueran suspendidas por un momento. Donde una ventana hacia la posibilidad, se abriera ante mí y fueran respondidas mis preguntas. Sin duda, no paso mucho tiempo hasta que empezó a hacerse visible.

Las primeras imágenes que se hicieron presentes, es que me vi volando a través de un camino lleno de colores, como si una fuerza me llevara a un lugar que aún no podía visualizar, pero que de alguna forma sabía que llegaría. Podía percibir que estaba en un sueño, no era la primera vez que tenía este presentimiento, mas, sin embargo, no podía controlar todo lo que estaba sucediendo.

Centre mi atención en el camino y me pareció hermoso, tenía la sensación de estar sobre un arcoíris, pero con más variedades de colores que se mezclaban, no había líneas de separación entre estos, se movían como las corrientes de un río que fluye y a la vez brillan por lo reflejos de la luz. La cual provenía de un cielo blanco, no era azul celeste o naranja como el atardecer, sino un blanco con la suavidad de la perla, pero resplandeciente como los destellos de un ángel, casi podía sentir que estaba en el cielo.

Seguí observando cada detalle, y noté que me podía ver a mí misma en los alrededores del camino, tanto como si mirara a la derecha o a la izquierda, hay estaba mi espejo, lo hubiese tomado como uno, sino me hubiese fijado que realmente era agua, pero esta no se movía, estaba en total calma.

No sé cuánto tiempo paso hasta que logré llegar a mi destino, pudo haber sido una hora, quizás dos, creo que nunca lo sabré a ciencia cierta, pero cuando finalmente empecé a visualizar aquel lugar, desde lejos me pareció ver una Ciudad de Diamante. ¡Era increíble cómo brillaba! con unas edificaciones tan altas y hermosas, pero a la vez tan particulares, que apenas si puedo describirlas. Las calles se ramificaban en caracoles espirales, que, si intentabas buscar el comienzo y el final, terminabas por quedarte sin lugar.

Mientras caminaba observe que el diseño entre la arquitectura y la naturaleza, formaban un conjunto tan únicamente medido, que creaban un contraste de formas diferentes, pero que a la vez se acoplaban entre sí.

A pesar de que había tantos detalles por ver, nada parecía estar de más o fuera de sitio. Vi como las personas se movilizaban de una parte a otra y esto género en mí una emoción que jamás había sentido. Empecé a sentir curiosidad por saber que era lo que hacían estas personas, así que presté mucha atención y me acerqué inadvertidamente.

Algunos se subían en vehículos que se desplazaban como si estuvieran flotando, otros entraban en trenes que alcanzaban velocidades, que nuestra sociedad actual, aun no puede alcanzar. Vi que una pareja bajaba de un helicóptero o podría decir más bien un aerotaxi, porque no parecía un medio de transporte usual.

Pero lo que más me llamo la atención era lo que conservaban y las expresiones en sus rostros. Se veían ocupadas, hablando de proyectos, de sitios a los que tenían ir, las cosas que querían cumplir y con quienes se tenían que reunir.

Pensé, ¿Hay alguna posibilidad en que esto pueda ser una visión del Mundo?, mantuve esta pregunta latente por un momento. Hasta que alguien se acercó y me hablo.

– ¿Esplendido no es así? – Miré hacia a mi derecha y vi a un hombre moreno, con cabello blanco, ojos azules y un rostro sereno. Lo evalué por un buen tiempo, y noté que también era alto, vestía un traje completamente blanco con bordados y una bufanda que colgaba del lado derecho de su hombro.

Como vio que no le respondía, se aclaró la garganta y me dijo- Bienvenida a Despertar.

– Gracias, es muy amable. Él no respondió a mis palabras, solo se me quedo mirando. Me incomodaba su forma de observarme, parecía que podía ver a través de mí, así que pensé rápido en preguntarle- ¿Y puedo saber su nombre señor?

– Mi nombre es Iriel -. Dijo y sonrió amablemente. – Tiene usted un buen nombre. – Si, al igual que el tuyo Selene. No pude evitar sorprenderme, ni si quiera le había dicho mi nombre. – ¿Y qué hago en este lugar?

– Este es el lugar al que vienen todos aquellos que quieren respuestas ante sus preguntas, para luego despertar y producir el cambio que tanto anhelan en sus vidas.

– Interesante…entonces ¿Es usted quien viene a responder a mi pregunta?

– Seré la persona que intentara guiarte, para que tú misma puedas responder la duda que tienes. Y, como puedo intuir, tu pregunta es: ¿Cómo puedes mejorar el entorno donde vives para que todos puedan tener mejores experiencias personales?

– Si, esa es mi pregunta.

– ¿Y qué has hecho para producir ese cambio?

– Me he sumergido en un mundo virtual, donde he intentado crear una proyección de la ciudad en donde vivo, pero con los cambios que quiero ver en un posible futuro.

– Ya estas encaminada hacia lo que quieres crear, ¿y como se sienten las personas cuando visitan tu ciudad?

– Asombradas y alegres. – Entonces, ya has dado el segundo paso, solo te falta uno y estas cerca de encontrarlo, ¿cuál será?

– Más personas con la misma visión que tengo yo.

– Si, lo que hace especial a una ciudad no es solo su entorno, si no las personas que lo conforman.

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