Cómo nos ven

En la galaxia de Andrómeda también llamada M31, el planeta M-31-518, era el único poblado. Sus habitantes eran entes que podían tomar la apariencia que deseaban, eran hermafroditas y no veían los colores. Eran muy estudiosos y estaban dotados de una gran inteligencia. Se alimentaban de conocimiento y su ambición era alcanzar el Saber. Ignoraban las guerras y la violencia.

Un día descubrieron que en una galaxia muy lejana existía un planeta pequeño llamado Tierra que también estaba habitado por seres inteligentes. Pensaron que debían visitarlo y se prepararon para ello. Estaban convencidos que entre seres inteligentes se podrían entender y quizás intercambiar conocimientos. Prepararon una nave espacial con cinco voluntarios a bordo para realizar el largo viaje. Según sus cálculos, la duración del viaje sería de un mes.

La travesía fue un éxito y, cuando descubrieron la pequeña bola azul tan frágil con su pequeño satélite se sintieron presos de la emoción. Se posaron en la Antártida y encontraron que la Tierra era un planeta inhóspito. No había nadie. Volvieron a su nave y, desde allí consiguieron orientarse y comprender dónde habían aterrizado. Por primera vez visualizaron a través de sus ordenadores cómo eran realmente los terrícolas. Vieron que la tierra estaba dividida en países, que tenían gobernantes, que existían diversos regímenes políticos y, leyendo sus definiciones, pensaron que un país “democrático” siempre sería más interesante. Se sorprendieron cuando vieron que había géneros distintos y, para hacer la visita al planeta adecuaron su apariencia para no llamar la atención.

Decidieron pues, probar un país democrático, con buen clima y bellos paisajes. Al llegar a él se separaron y se dieron cita en la nave quince días después.

Eligieron lugares y apariencias distintas. Los dos que habían elegido ser mujer fueron agredidos, uno en una fiesta, el otro, en la calle. El tercero, al pasar por delante de un bar, vio que había una pelea, un hombre alto y delgado era atacado por un grupo que le daban golpes en la cabeza y patadas, gritándole:

-Los negros no pueden entrar aquí¿lo entiendes? Como vuelvas a intentarlo será la última vez.

¿Por qué lo llamaban negro?¿Por qué no podía entrar?

Otro vio cómo pintaban fachadas con espray escribiendo palabras obscenas. El último fue asaltado por un par de individuos con navaja que le pidieron “todo lo que llevaba”.

Se sorprendieron al ver gente sentada en las aceras pidiendo dinero. Vieron una multitud andando con pancartas y luego otros que les impedían el paso pegándoles con porras. Descubrieron gente tirando plásticos y basura en las playas. Notaron cómo a veces no se podía respirar porque el aire era insano. Comprobaron cuán difícil era circular por las calles porque tenían muchos “coches” para no andar. Fueron testigos también de cómo algunas personas incendiaban bosques, cómo maltrataban animales, cómo los mataban. En fin, se sorprendieron de que las tiendas que vendían conocimiento (libros) y edificios donde los facilitaban (bibliotecas) fueran pocos y estuvieran vacíos.

Cuando volvieron a encontrarse, resumieron sus respectivas experiencias así:

Los terrícolas no son inteligentes, son autodestructivos con ellos mismos y con su planeta. La democracia es un sistema que no saben hacer funcionar. No podemos ser amigos de los terrícolas.

Se fueron en su nave y nunca más volvieron a intentar la comunicación.

Le pire, c’est pas la méchanceté des hommes /Lo peor no es la maldad de los hombres
Mais l’silence des autres qui font tous semblant d’hésiter/ sino el silencio de los otros que hacen como que dudan
Et quand les enfants me demandent, «pourquoi la mer est-elle salée?»/ Y cuando los niños me preguntan «por qué el mar es salado»
Je suis obligé de répondre que les poissons ont trop pleuré/me veo en la necesidad de contestarles que los peces han llorado demasiado
Eh eh eh eh
Mais dis-moi c’qu’on a fait? Pero dime qué es lo que hemos hecho?
Eh eh eh eh
Mais dis-moi c’qu’on a fait ? Pero dime qué es lo que hemos hecho?
Eh eh eh eh