La atmósfera subconsciente.

La atmósfera subconsciente.

Luis Valdés

11/01/2019

¿Qué hago situado en un sueño difícil de comprender? No lo sé, solamente caigo en la cuenta de que la existencia de un ser parece tan breve dentro de un mundo que se envenena de una forma inescrutablemente radical.

En aquellos días era un chico de tan solo catorce años, rebelde e idiota, carente de sentido social y autónomo, trataba de evitar el contacto con las personas que parecían desagradables para no acarrear problemas y disgustos.

Así mismo, recuerdo perfectamente el día que pasó todo. Salí por la tarde a recorrer la zona en la que viví mi adolescencia; lugar tranquilo, común, lleno de vegetación y bastante peculiar a la vez: un sitio rural que a quince minutos de él tenía ya el bullicio de una ciudad que pintaba para ser grande.

Retomando lo del incidente, llevé conmigo la motocicleta que mi padre me había regalado hacía apenas tres meses, no obstante, tardé solamente algunos minutos en destrozarla tras caer a un barranco considerablemente grande al tratar de eludir a un imbécil perro que me perseguía.

La llanta delantera de la motocicleta chocó contra una piedra y caí en el barranco. Mi cuerpo fulminado por el dolor y la sangre derramada que pintaba las hojarascas de una forma abstracta quedó inerte, traté de levantarme, pero mientras el dolor incrementaba más perdía el conocimiento.

Tuve una especie de experiencia en mi inconsciencia, me visualicé en un lugar colorido y extraño, sin sentido lógico, pues los árboles eran de color púrpura y los ríos corrían en sentido contrario a donde aparentemente debían desembocar. Que perspectiva tan rara ¿Estaba muerto? Nunca pude responderme aquella interrogante. Busqué ayuda por todos lados, pero no encontré ni un alma, ningún murmullo, ningún soplar de viento. Era evidente que estaba asustado, abrumado y atrapado en algo que difícilmente es explicable.

Prosiguiendo con el relato, vi en el horizonte una estrella fugaz que impactaba contra el piso y creaba una onda expansiva que producía una brisa monótona, pequeñas chispas que estaban heladas, todo carente de lógica. Más tarde escuché a mis espaldas la voz de una chica que gritaba el nombre de Aurora y me quedé atónito, traté de ir a buscarla de una forma tan frenética que tropecé con una piedra y caí al suelo, pero no sentí dolor, en cuanto alcé la cabeza ella estaba frente a mí, mirando fijamente mi pecho.

-¿Te gusta éste lugar?-

-No sé ni donde estoy- le dije molesto

-¡Estas en el firmamento!-.

-¿Firmamento?-

-Tu subconsciente ha viajado hasta aquí conectado con tu alma, en pocas y sencillas palabras has experimentado algo que muy pocos han visto y han vuelto a la realidad para contar su experiencia, pues nada de lo que ocurre aquí tiene sentido con lo que vives en la actualidad o estás acostumbrado a hacer-.

¿Sorprendido? efectivamente, perplejo, atónito y preocupado; había pensado que estaba agonizando o experimentando la muerte, no era tan malo después de todo, había cierta tibieza y tranquilidad, quizá la atmósfera subconsciente era muy distinta a la realidad física.

Aquella chica, vestida de rojo, con ojos raros al verme consternado me dijo: ¿Sabes discernir entre lo fantástico y lo tangible? Resulta bastante interesante deliberar éste punto, porque la fantasía puede hacerte más arraigado a tu mente e ignorar por un momento el mundo que se desconoce entre sí, eludir las guerras y las envidias, el pesimismo de la gente e inclusive escapar de nosotros mismos para no hacernos más daño. Lo desconocido provoca en mí euforia y supongo que también puede influir en ti de forma positiva. Sabes, si sientes dolor en tu alma puedes hacerlo a un lado, porque aquí no existe el dolor, si tienes frío, puedes abrigarte con tan solo pensarlo y puedes hacer de todo sin tener que hacerlo, ver sin usar tus ojos e ir a cualquier lado sin tener que viajar.

Si bien me puse un poco contento al escuchar eso, pero había algo dudoso sobre mi inesperada anfitriona, así que le lancé una serie de interrogantes que le causaron impresión.

-¿Quién eres tú?, ¿Quién es Aurora?-

-Yo solamente soy energía que tu mente ha distorsionado y convertido en el arquetipo de la chica tranquila y despreocupada y Aurora no es otro ser, sino una aurora que se forma en el horizonte, grité así porque es un gran espectáculo de luces. Es la fuerza de tu mente en realidad, como te repito tu cuerpo está herido y a causa de ese golpe tu mente pudo llegar hasta aquí-.

En base en lo anterior, me di cuenta de que era un tanto complicado el salir de ese sitio, no tuve mas remedio que pedir a la chica que me explicara como funcionaba todo y qué tenía que hacer para adaptarme. Me dijo solamente una cosa que jamás habré de olvidar, no mientras siga postrado en la cama del hospital conectado a una sonda proveedora de oxígeno: déjate llevar, porque todo cambia según nuestro modo de pensar.

He de aprender muchas cosas aquí, quizá pueda entender un poco el universo y el cosmos desaliñado que emana, aunque sea irónico el pensar que jamás pude comprender el mundo, quizá por mi edad o porque simplemente no le prestaba atención, sé fingir también un poco de alegría, ahora el viento me susurra al oído que no me preocupe, escucho las voces provenientes del otro lado y parecen tristes. Mi madre aún llora furtivamente para no preocupar a mis hermanos que aún son pequeños y les dice que estoy dormido para que no se espanten, mi padre sigue optimista, de vez en cuando rompe en sollozos.

Analizo que mientras más pasa el tiempo la sociedad rueda y sigue construyendo y deshaciendo, nadie presta atención a los malestares humanos ni se conmueve por nada en especial, las personas parecen temer a la muerte o a la fantasía, parecen eludir con sus sonrisas fingidas y malos modales que a todos tarde o temprano nos llega la hora.

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