La tos de la calle amarilla

La tos de la calle amarilla

Daniel Martinez

08/12/2018

Soy una sombra en medio de esta calle desierta dijo Mario . Como salido del vientre de Dios y a patadas en el culo -replico- . Todo esta en su perfecto exilio delimitado por la muerte , muerte santa , desvencijada . Es la vida dice con los ojos hacia abajo . Sigo , voy despacio , unos metros mas y me detengo , me siento junto a unos cirujas que toman mate entre vida y vida con un jarro tiznado que parece de oro .

Sigo siendo un sobreviviente . Otra ampolla , otro grito , otra soledad . El alma de por sì tendrà su instancia ahora el cuerpo es el que ruge , el que se espanta .

Estamos en este viaje dice miràndome a los ojos . Viaje con boleto de ida , donde se ahogan fantasmas que emergen de este burdel lleno de mierda y de flores que trepan por las piernas como enredaderas precarias . Todo parece estar pegado a mi campera.

Se frota los ojos y agrega que tendria que ir al oculista porque cree que tiene Conjuntivitis que ayer fue hasta la iglesia , esa , la que se encuentra en la esquina de esta calle . La virgen de los Rosarios , el suelo estaba repleto de rosas y alelìes , tambièn algunos dibujos a modo de estampa en hojas de cuaderno con cràneos que decoraban los pies de la virgen , y el coro formado por todos estos que ves acà señalando con su dedo indice , un dedo percudido , con la uña doblada hacia abajo y que se estiraba varios centìmetros fuera de la yema , hacia el largo de la calle . Mario era un muy buen saxofonista pero de tanto en tanto tenìa esas recaìdas hasta que no hace mucho se habìa acostado en medio de la calle en forma de cruz inmovilizando el tràfico . Es un tipo de unos casì 70 años , el pelo ensortijado , desalineado y mugriento , su barba igual . Delgado y alto con una formaciòn intelectual envidiable , fue marino mercante y excelente mùsico , un hijo enviciado como èl y sus futuros desparramados , solos y desmadrados en esta calle.

Al irse agrego en lo feo que deberìa ser morir en un shopping donde todo el mundo esta ausente . Un poco mas allà alguien dejaba escapar su tos tuberculosa que se pegaba a mi oìdo como un bolsillo mugriento a la mano . Una tos enmohecida , vieja. Una tos amarilla como esta calle.

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