La escritora que soy

La escritora que soy

La noche, la oscuridad del parque, mi llanto como ríos y aquel frío escaño, dolor y frustración y en mi vientre una vida en gestación. En aquel lugar se paseaba el recuerdo de momentos con el padre de mi hija, luego, engaños, peleas, borrachera y finalmente el abandono; enamorarme de nuevo, dos embarazos más y de nuevo abandono.

Un día cualquiera me veo al espejo y me descubro como nunca soñé ni planee ser madre soltera de tres hijas y más tarde abuela de una nieta también. Mujeres solas, sin apoyo ni ayuda económica por parte de sus padres. Señalada, despreciada y culpada por la familia y la sociedad, largas temporadas sin empleo o con empleos de trabajos pesados y poco sueldo, hambre y miseria. Acoso laboral por ser mujer. Desigualdad.

Tener miedo de exponer a mis hijas si rehacía mi vida amorosa por un poco de ayuda económica. Vivir con mi familia era cada vez más tortuoso, los malos tratos y la humillación hacia ellas y hacia mi eran constantes.

Entonces decidí tomar el control de vida, vestirme de valentía, irme de casa. Detener la frustración que causaban maltrato hacía mis hijas.Transformarme para formarlas bien a ellas, aprender de ellas con ayuda y mi trato hacia ellas fue mejorando.

Debía enseñarles perseverancia, no dejé ni un sólo día de soñar ni de tratar que todo fuera mejor a pesar de las dificultades y del inconsciente creado desde mi crianza entendido al revés que decía «Los que logran sus sueños y salen adelante son de otra imagen». Fuimos constantes con sus estudios, les enseñé lo más importante es la educación. que ser mujer no es impedimento para triunfar y ser autónomas, hoy día ya son mayores trabajan y estudian, les gusta tener empleos dignos y son honestas y responsables trabajadoras además de buenas estudiantes.

Luche en contra del paradigma del fracaso. Me enamoré de las letras por mi sed de algo más grande, escribía y escribo sin descanso, guardaba celosamente los poemas y algunos relatos cortos como si se tratase del tesoro más grande con la esperanza de algún día ganar un concurso o al menos poderlos dar a conocer.

Con el tiempo y con mejor capacidad para tener tecnología en casa pude compartir parte de mí misma. Sin darme cuenta tenía muchos seguidores entre ellos profesores de literatura y escritores profesionales que me leían admiraban y respetaban como uno más de ellos; así fue como un día conocí a mi editor que al conocer mi trabajo y la pasión que ponía en él, gané su respeto y su aprecio, el mismo que me tienen los demás escritores, él me ofreció la oportunidad de convertirme en la escritora que soy, logré reunir en un libro a poetas amigos y más tarde espero con añoranza, ,mi primer libro.

El día del lanzamiento del libro, Mi ritual de iniciación. Entre mis amigos poetas, asistentes y mi familia, recibí el honor de cumplir mi sueño. Convertirme en la escritora que soy.

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