Helena, vivía en una vereda de Dolores, un municipio del departamento del Tolima en Colombia, donde todos los días se murmura la toma de la guerrilla al pueblo, vivía con su mamá y sus cuatro hermanos mayores. Tenían una finca grande, sembraban y cultivaban comida para su sustento, con marranos, vacas y gallinas.

Helena tenía siete años y un día con el aviso de un desconocido debieron dejar eso atrás, pues la “chusma” había llegado y ya habían incendiado varias casas con familias adentro. Helena y su familia se fueron de su hogar con lo que tenían puesto, pero lo único que pidió a su mamá fue que le dejara llevar un gallo cojo que le habían regalado.

Helena tenía doce años cuando llegó sola a Bogotá, nunca supo de sus hermanos.

Helena se convirtió en esposa, madre y se convirtió en mi abuela.

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