Aquellos domingos de desfile

Aquellos domingos de desfile

SER

08/11/2018

Puedo volver a tener 5 o 7 años , sin embargo sospecho que haya sido más pequeña, de ser así admiro mi propia memoria .

Domingos en que mi padre muy lentamente me llevaba en su bicicleta negra con timbre bullicioso para hacer saber a otros que sean precavidos por que el va por el mismo camino. Nunca entendí ese timbre teniendo en cuenta que iba siempre un poco lento y sin ningún apuro.

Llegar los domingos de desfile y dejar su bicicleta en un lugar seguro con candado y bajo puerta con llave como si de un Ferrari se tratase, caminar hasta la zona del desfile , pero no en cualquier lugar , “cerca de los palcos” por que ahí pasaría lo mejor …. aquí están los jefes y el gobernador solía decir, me sentaba en la acera para q Nadie se pare delante mío y luego me taparan. He visto desfiles de soldados, policías, fortines a Caballo, he visto a los del Ejercito , a los de la Armada , a los de la Fuerza aérea, he visto tanques, camiones de bomberos, coches de policía , perros policías , he visto disfraces que llamaban terriblemente mi atención a lo que mi padre salía correjirme , son uniformes ,no disfraces me aclaraba cuando yo los mencionaba . Y por supuesto he visto desfilar a los sobrevivientes de las Islas Malvinas. Siempre se han llevado mis lágrimas no hay momento que no escuche aquella marcha y que mis ojos brillen por algo que pasó cuando estaba naciendo pero que es parte de mi identidad. Por que siempre mi memoria los recuerda sin uniformes, en silla de ruedas , con algún parche en el ojo,En muletas o sin un brazo. Siempre sin dudas más allá de los caballos impecables de paso, de los uniformes y zapatos brillantes , de sables y armas llamativas,los héroes de Islas Malvinas han sido los que llenan de congoja mi corazón. Ha pasado mucho tiempo , y ahora tengo 37 años ,lejos de Argentina y habiendo cruzado el charco estamos en Catalunya , el domingo de la mano de mi hijo de 10 años , he sentido que tenía unos 5 , 7 años. Un desfile de gigantes diferentes a los que de niña yo veía , sin embargo me queda la certeza que en estos gigantes algo de tradición, de historia , de dolor o de superación de lucha de coraje , de alegría y de esperanza ,algo de esto llevan en su encanto. Ver niños abajo, gente tocando instrumentos, madres con niños , seguramente madres que un día fueron niñas y eran llevadas también por sus padres…. padres e hijos bajo los gigantes , abuelos acompañando nietos…. estas cosas de familia que se van trasmitiendo y que cuando van por la calle creo que no sospechan que alguien de 37 años que los está viendo, vuelve a ser una niña de 5 , de 7 y puedo asegurar que esas sensaciones son las más lindas . Por q el corazón me late fuerte, me hace calor y siento que las venas están retumbando de emoción al mismo sonido que del tambor … por q esos momentos de niña fui feliz…. tranquila y lejos de casa ,que de por si significaba estar lejos de los problemas, lejos de la dura realidad , lejos de las peleas los gritos y las lágrimas , lejos de las necesidades. Ahí en una acera feliz de estar mezclada entre los familiares de los que desfilaban , cerca del gobernador , podía fingir o podía hacerme pasar como alguien que espera ver su familiar desfilar, podía ver uniformes brillar, la vida parecía ser prolija e ir al mismo paso, y con todas las bandas ,el corazón me galopa de emoción . La emoción de sentir que estoy viva que debo desfilar con mi mejor porte , La frente alta , paso a paso Sea que quiera ir sin romper filas o sea que quiera ir como los cabezones llena de ideas y sueños en la cabeza y dando vueltas hasta marearme de alegría , esa que todos buscamos y de la que todos recordamos como momentos únicos

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