Y fue que el día nunca llego;

Eran las 6 de la mañana y el sol no salía, estuve así por 2 horas, pero el sol seguía sin aparecer, tuve que haber llamado a todos mis conocidos y a todos mis familiares, pero era lo mismo en todas las llamadas solo un ruido de interferencia y se cortaba el enlace, en la calle la farola aún seguía encendida, en la TV no había ninguna señal, en la radio era solo ruido blanco, parecía que no había vecinos, nadie en las calles, será que mis relojes fallaron todos juntos y no son las casi 9 de la mañana?

La curiosidad me llevo a estar expectante de lo que ocurría afuera, no sabía porque el sol aún seguía sin salir y cualquier medio de comunicarme con el exterior había desaparecido…

Tendría que haber estado un par de horas pegado a la ventana que daba justo a la calle, empecé a notar que en la superficie de la calle se empezó a notar una bruma gris…

Estaba tan confundido, eso nunca lo había visto, salvo en invierno sobre algún río…

Estaba contemplando tal evento que me parecía tan fantástico, pero jamás me imaginé ver qué las llantas de una carreta antigua abrían la bruma para darle paso a un par de caballos cafés, con patas y colmillos como de felino, sus ojos eran rojos, y el chófer era un hombre de gabardina y sombrero, su rostro no lo pude mirar, la carreta era obscura con herrajes parecidos al oro…no podía creer lo que veía…
La carreta se quedó quieta justo en la entrada de mi casa, el chófer no tenía movimiento, caso contrario con los caballos los cuales rujían como si no tuvieran más paciencia…

– Porque el sol no salía?

Mil pensamientos invaden la mente…

Cómo si de un rayo de luz se tratara vinieron recuerdos, recuerdos que me hicieron caminar ala sala de mi casa, estaba mi arma tirada en el suelo y yo sin vida en el sillón.

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