MUSICANDO

«¿Parará, papá?»

«¡Parará, Pachín!»

«¿Parará, papá…?»

«¡¡¡ Parará, Pachín, Pachín, Pachín…!!!»

Este chiste malísimo lo contaba mi padre para explicarme cómo pudo comenzar la música a partir de repeticiones de retahílas familiares u onomatopeyas como las producidas por aquel viejo transporte público de ruedas metálicas chirriantes sobre raíles, con el trole chisporroteando sobre la carcasa de madera con asientos-xilófono sonando mientras íbamos de Valencia a la Playa de la Malvarrosa.

Si solicitabas parada o al arrancar, tintineaba una campana emitiendo agudas notas. El viento, a su vez, ululaba incansable produciendo unas subterráneas sinfonías fantásticas al deslizarse por los cuantiosos resquicios del tranvía valenciano…

Ese fue mi primer bautismo de «música experimental».

Mi hermano, tabaleando con un lápiz en los dientes, me inició en las baladas del «Far west», que pronto traduje a silbidos y al instrumento más barato del que podía disponer: la armónica.

Mi hermana mayor tarareaba lenguajes ignotos para mi parvedad al tiempo que me instruía sobre un nuevo baile de frenéticos y sincopados movimientos: el «Rock and roll».

Mi cuñada completó mi ciencia sobre el arte de Terpsícore girando, subiendo y bajando su cuerpo e inclinándolo inverosímilmente mientras yo ardía de fiebre producto de las «paperas» (parotiditis), postrado en el lecho, en una habitación con farolillo rojo… Aquel huracán se llamaba «Twist».

Ya en el Colegio de los P.P. Agustinos de Santo Tomás de Villanueva me introduje en el asunto de la recitación con cadencia propia y acento extremeño: «El embargo», de Gabriel y Galán.

Declamaba con seriedad…

VERBOS TRANSITIVOS

Para Dios, ni siquiera un segundo. Para mí toda una vida. O muchas en una. La de mi niñez. La del Colegio de Huérfanos de Militares. Mi primer matrimonio. Tres hijos. A caballo de la familia paralela consistente en lo vivido con los compañeros de trabajo. Hasta quince horas al día, incluídas las «extras», doblando turnos, reventando por llevar a casa un poco más de dinero. ¿Con quién convives más, a la postre?

La música fue de Zarzuelas, de Sinfonía Heroica, de Coros del Orfeón Donostiarra o del Ejército Ruso.

«Supermán» y «La guerra de las Galaxias» se superponían en la ficción a la realidad de la Transición Española y a los acuerdos SALT, de control nuclear, entre Reagan y Gorbachov.

Con «Carros de fuego» y Vangelis la gran familia atlética afianzaba sus lazos a ritmo de latido cardíaco medido con pulsómetro, a golpe de zapatilla de maratón.

La vida plagada de nanas y amores efímeros: «🎶Mucho te esperé pero el tiempo pasó y estás aquí, junto a mí. Hoy durmiendo estás en mis brazos amor y estoy feliz junto a tí🎶». Sylvie Vartan con su «Balada para una sonrisa» nos animaba a la ternura de la relación íntima con el bebé… El problema es que este crece y se va. Igualmente las familias: dispérsanse y terminan desapareciendo por avatares del destino.

Mis bebés habían pasado el ecuador de la última adolescencia.

Mi «ex-» pasaba minuta según convenio regulador.

AVENTURA EQUINOCCIAL («🎵¡ RÍCOOO…!🎵»)

Emigré a las Américas para hacer las Ídems.

Hermosos Paisajes. Arqueología. Buena gente. Sudor. Caribe. Andinismo. Galápagos remolones. Iguanas rampantes. Ron. El Titicaca con totoras. Cósmicos mitos…

Por algún lugar se coló un amorcillo entre bosques de niebla y caballos de sabana.

Juan Luis Guerra quería ser un pez y Silvio Rodríguez aún cantaba a la Revolución Cubana, que daba los últimos coletazos.

El «Che» se revolvía en su tumba al verse en chapitas y en camisetas de rebajas. Las paredes manifestaban con retraso su -68, fuera mayo o no.

Los Beatles se habían disuelto hacía mucho pero aún nos asombraba Paul con su «Liverpool Oratorio».

Alli viví a lo Márquez.

La magia diaria amanecía tras los cerros, en los ríos calentanos…

Por el Magdalena nadaba el buen bugre.

En los Llanos Orientales el vaquero, sin película, marcaba las reses cuernilargas.

Temblaba la tierra.

Temblábamos todos con Escobar si volabas en Avianca.

Así que tocó viajar y casarse de nuevo. Por poco tiempo.

Ella, nieta de senador de los tiempos del «Bogotazo», hija de notario y de una madre santa, lideraba una librería.

Ya se sabe que el Buscón llamado Pablos marchó a ultramar sin cambiar condición. Así yo también.

Acabada mi misión docente y bastante diplomática regresé a la vieja España. No vencido pero sí algo cansado. Era como volver a la caverna de Platón.

Aquí no hubo flor para ella, que se marchitó antes de término.

Y, como en las novelas por entregas, se volvió en un avión de línea regular.

¿A qué carta quedarse?

¿Dónde estaba la familia?

Recordé lo de «Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza». Puede que lo sugiriera Dios. O no.

Me puse manos a la obra.

ASTURIAS PATRIA QUERIDA

Hace más de veinte años que llegué a la tierra del Pelayo de Covadonga.

Aposenté en Candás, villa marinera famosa por sus fábricas de conserva de pescado, por tener puerto desde donde se partía a la caza de la ballena en el Gran Sol y se iniciaban singladuras antárticas, notable por su toro a pie de playa, por sus encajeras y por elaborar las mejores marañuelas que jamás hayáis probado.

(TÍA MARI)

Tras la industrialización de Franco la dedicación pesquera y agropecuaria menguó, polarizándose la economía en torno a la siderurgia.

El Concejo de Carreño desvió recursos humanos hacia empresas (Aceralia, La Dupont) que expulsaron definitivamente la angula de la ría de Aboño, con su parque de carbones, cementera, térmica, subestación eléctrica de alta tensión…

En este entorno variopinto salpicado de sidra, fabada, leche de vaca, sardinas, bugre y canciones, planté simiente viniendo a crecer tres retoños que ahora me llaman «papá».

Sin embargo mi familia va más allá. Es como un micelio subterráneo. Está acorde con el último descubrimiento relativo al llamado «órgano intersticial subcutáneo» que conecta a todo el resto de órganos. Es el todo que resulta al unir las manos y trenzar la «Danza prima».

O cuando se canta a coro y lo que se oye es una sola voz.

Escuchad…


Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS