Todas las mañanas bien tempranito, después de desayunar su «mate cocido» con coquitos; peinar su cabello con rulos «mota», renegando muchas veces porque no quedaba como ella quería; cargar su portafolios con papeles, lapices de colores y negro, gomas de borrar, mapas y cuanto papel de colores podía llevar y salia con su guardapolvo blanco almidonado «Impecable». Mi hermana es maestra rural, muy prolija con todo, pues debía su guardapolvo planchado y almidonado por ella, porque le gusta que este así. Se enoja si alguna vez se lo plancha Doña Cali (la señora que nos cuida cuando ella y mamá no están) y decía: «mamá, no es que me moleste que planche mi guardapolvo, es que no sabe planchar. Ya le dije varias veces que no lo haga y no me entiende, por favor, le dices que ya no lo haga, por favor»… Y mamá debía de decirle por enecima vez a Doña Cali que ya no planche el guardapolvo, pero Doña Cali no entendía por qué a mi hermana no le gusta que ella lo planche y mamá le debía de repetir… «Mi hija es muy detallista y quiere que sus ropas se vean impecables, así que por favor, deje las ropas de Juliana sin planchar». Yo se que Juliana no lo dice por mala, solo que quiere que sus ropas estén de una manera que Doña Cali, no lo entiende. Cosas de familia.

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