Mamá!!!! Dame alas para volar

Mamá!!!! Dame alas para volar

Se levantó una mañana gris. Apartando discretamente la cortina, descubrió un cielo cubierto de nubes negras, por lo que se vio protegida en su zona de confort. Las cadenas que arrastraba, desde hacía demasiados años, habían hecho mella en su débil psicología, aguantando carros y carretas, temporales y vientos huracanados. En ese instante se hallaba sumergida en un mar de dudas, nadando en contracorriente, a la par que las olas formaban una espiral peligrosa, de las que te obligan a hundirte y beber agua salada a raudales, con probabilidades de no emerger a la realidad, nunca más.

Discutir no era la mejor opción, pero su propia madre la estrujaba como a una naranja, sacando hasta su última gota de dignidad. Pero al día siguiente todo cambiaba; meter la cabeza debajo del ala y sucumbir a sus deseos, hacía que se recuperase la calma y el sol volvíese a brillar. Un sol tibio, a la espera de un próximo temporal.

Tras años de faltas de respeto y desamor, llegó a la conclusión que dicha situación no podía perpetuarse ni un solo día más. Así que, reunió todo el valor y la poca dignidad que quedaban en el interior de su dolorido cuerpo, y comprendió que debía abandonar la jaula de cristal, donde tantos años vivió encerrada, presa de un ave rapaz, que tejía una fina tela de araña y la picoteaba con su veneno mortal, por pensar de manera diferente, ser el sueño frustrado de quien la trajo al mundo.

La última frase que pronunció, antes de cruzar la barrera que la llevaba hacia la libertad, fue la siguiente: -Mamá, ¿alguna vez me has querido?

Ella le respondió: -Si ahora te vas, ¿quién cuidará de mí cuando enferme?

Y fue así cómo entendió que la mejor opción era la partida.

Este relato va dedicado a todas las personas que conviven con una madre tóxica, y deciden tomar las riendas de sus vidas. Está basado en mi propia experiencia. Gracias por leerlo

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