La última oportunidad.

La última oportunidad.

La Voz

19/10/2018

Buena tarde María vengo a ver a Mario.

Pase doña Dulce.

Mientras voy subiendo la escalera siento como paso a paso la vida se le va. El tiempo no perdona a nadie pensé.

Pasa Dulce me dice Mario con su voz firme y su cuerpo cansado. Comenzamos a platicar de cuando nos conocimos por vez primera en el jardín de la casa y platicamos de la importancia que tienen las terapias alternativas junto con un cambio de actitud, pensamiento y acciones para evitar enfermar y se debe lograr sanar de raíz, desde la emoción que la provocó.

Yo sigo hablando con él sin mostrar signos de tristeza o lástima sino todo lo contrario, tratando de que recuerde el poder que tiene de auto-sanar ayudándolo a co-crear una realidad diferente en su mente para poder llevarlo después a la emoción y por consiguiente a su organismo.

Dulce Ahora me doy cuenta que siempre fui sumamente prepotente, enojón y explosivo tu sabes como es estar de judicial la ira debe ser lo primero para poder sobrevivir; pero también me di cuenta que le tengo mucho coraje y resentimiento a mi padre y por más que he tratado de perdonarlo no he podido pero estoy haciendo todos los ejercicios que me dijiste y eso me llevó a darme cuenta que en la vida no es necesario que tu verdad sea la que prevalezca, sufrí tanto por querer que las personas fueran diferentes y como tú me dijiste: todo en la vida es perfecto, las injusticias son inexistentes y sobre todo cada quien tiene su propia verdad y es válida.

Así es querido Mario y te diré algo más: no es que «debas» perdonar a tu padre o a equis persona realmente debes perdonarte a ti mismo por permitirte sentir esas emociones tan destructivas; recuerda que cada persona con la que te relacionas en la vida comenzando con los padres, son tu espejo y están aquí para que te reflejes y veas lo que tú, debes cambiar.

Si Dulce gracias por tantas enseñanzas que me has dado pues tuve la oportunidad de ver mi vida desde otra perspectiva. Ayuda a mi hijo porfavor, para que fortalezca su manera de ser que es tan parecida a la tuya.

Suena y suena insistentemente mi celular, con trabajo abro los ojos para ver quien me llama a las 6 de la mañana, es Raquel, la esposa de Mario. Dulce, Mario quiere despedirse ¿puedo pasar por ti?

Claro ven.

Querida Dulce gracia por todo lo que me dijiste es tan importante, que deberían enseñarlo a todos. Yo estoy muy agradecido porque aunque no lo logré recuperarme, sí logré cerrar ciclos pendientes, perdonarme y sentir infinito amor por mi vida y mis experiencias.

Lleva tu luz a todos. Me despido.

Fueron las palabras que débilmente Mario dejó grabadas en msn de mi celular.

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