GALATEA – I
(En las manos del artesano)
Los dioses me entregaron a ti, siendo estatua de cemento
endurecida mi piel y con el corazón revestido de concreto
yo era alguien más, en esta selva de hierro y asfalto
alguien más… sin argumento.
En tu grandeza de artesano, remojaste mi piel con tu sudor.
despojando, la dureza de mi cuerpo
colocaste un beso en mi boca y fue tu aliento
el que desvistió mi corazón del frío,
para cubrirlo con sentimientos
mis ojos despertaron del sueño silencioso
para verse reflejados en el espejo de los tuyos
el iris amarillento cetrino se matizó
a verdes de brillo enamorado
mis labios grisáceos se tornaron rojos
mi piel bañada en tu sudor
de blanca pasión se acicaló.
Los sentimientos comenzaron, a nacer por dentro
de un cuerpo que antes estaba muerto
pues no sentía, nada ni un lamento
los pensamientos aclamaban, !también estamos vivos!
y agradecían al cielo, por haberte puesto en su camino.
Contigo, descubrí el misterio del amor
reí, cante, baile con los querubines o ángeles del cielo
una que otra vez una lágrima se escapó de mis adentros
pero eso solo quería decir, que yo tenia sentimientos.
Los sentimientos acompasados de pensamientos se hicieron verbo…
conjugaron con letras cada día que estuviste ahondando
en el aposento de mi cuerpo.
!Soy tu obra! Bien lograda moldeada en tus sueños
soy aquella que te ama, en la distancia,en tu silencio.
en cada nuevo día y en las frías tardes de invierno
!Yo soy tu Galatea!
Y Tú siempre… serás mi dueño
Galatea II
(El amor en la sombra del silencio)
ÉL
Se adueño de ella haciéndola suya con un beso
le renovó su alma con versos de amores
salidos del vientre de sus deseos
le dio luz a sus ojos con el aire de su aliento
le ensortijo su cabello con el calor de sus manos
pulió su cuerpo con la yema de sus dedos, desnudos…
le enseño a beber del néctar de los dioses…
y la hizo enteramente suya
ELLA
le entrego la virginidad de su cuerpo
de su alma y de sus sentimientos…
parió versos… engendrados por él
versos de amor, versos de esperanza
versos de nostalgia. y de añoranza.
Él, más caprichoso que el mismo destino
la aferro a su cuerpo y la ato para siempre…
a la sombra… de su, silencio…
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