– ¡ARGTUF, Knuts!
– ¿Que dices? No te entiendo.
– ¡RHTUMP, hjfrtv!
– Mi amor, si pretendes que te entienda con ese cubrebocas que no quieres quitarte ni para platicar conmigo, nada más no puedo.
– ¡ARFG, ftyju!
– No, no, no. No va por ahí la cosa. Ni aunque me mires con esos ojos saltones, que parecen que se te van a salir de su órbita, creas que me vas a amedrentar.
– ¡AJTBMbgh, hjyuhj!
– Vamos entendiéndonos. Si persistes en continuar con esa actitud, y crees que con ponerte morado del coraje me voy a doblegar una vez más contigo, estas muy equivocado.
– ¡ERTFG, tguft!
– Ahora resulta que ni para señalarme te quitas ese mini control de videojuego que tienes en el índice derecho. ¡Sólo eso me faltaba!
– ¡FTHUJI, rhtump!
– Mira que haber pedido que te trajeran este moderno video juego, para que ni aquí pudieras descansar un rato, es el colmo contigo.
– ¡FGYUJBdf, grumpt!
– Ok, ok, ya veo que no estás dispuesto a ceder un poco conmigo. Si continúas con esa posición, me voy a tener que pasar a retirar, y a ver quien viene a visitarte a este extraño Spa.
– ¡RUMPT, arggg!
– El colmo es que hasta un televisor portátil hayas pedido, para controlar desde acá tus acciones en la bolsa.
– ¡KURGT, manmtg!
– Ya, ya, ya. Conmigo le bajas una rayita si no quieres tener que lavar tus trapos a mano. Y no pretendas impresionarme presumiendo esa nueva bota blanca hasta la rodilla que tienes en tu pie izquierdo.
– ¡SFTYG, rumogth!
– Te advertí que no era buena idea subir con tus amigotes a la azotea a «echarse una cascarita», y menos después de llevar encima cada uno un six de «Corona». Pero como siempre, terminas haciendo lo que te da tu real y regalada gana.
– ¡DAMNPT, timbgu!
Peeeee …
– Y apaga la musiquita de tu jueguito, que vas a molestar a los vecinos.
>> Bueno, como veo que el día de hoy contigo no se puede hablar, me voy a nuestro cantón, a ver si alguna de tus noviecitas de la cantina de tu compadre Paco, viene a hacerte el paro.
>> Ahora ya ni pio dices ¿verdad?
>> Y yo que pensaba que el letrero de la entrada decía UTI porque alguno de tus amigotes, por hacer la maldad, se había robado la «L», pero veo que de ÚTIL ya no tienes nada.
>> Ah, y por cierto amorcito, perdón si con mis nuevos tacones pisé sin querer el popotote que te conecta a esa bolsa, con la cual seguramente te estás echando uno de tus cockteles favoritos, pero quería mostrarte que aún tengo piernón pa rato, y si tú no lo aprovechas, empezaré a repartir boletos entre mis muchos admiradores, comenzando por los peones de la obra del edificio en construcción de la esquina.
>> ¡ TÚ TE LO PIERDES PAPACITO ! Por fin te decidiste a apagar la musiquita.
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