Y ahí estaba ella, con su vestido azul descolorido por el paso del tiempo,sus trenzas doradas y esa sonrisa que cada vez que aparecía en su cara era capaz de eclipsar el sol.Se llamaba Elisa y yo estaba pérdidamente enamorado de ella.

Teníamos 8 años,yo pertenecía a una familia adinerada y su madre se dedicaba a la limpieza en mi casa; todos los sábados Elisa la acompañaba y cuando nadie nos veía nos escondíamos en el jardín y jugábamos juntos.

Ella no podía correr porque se fatigaba mucho y empezaba a toser,en ese momento su cara se volvía pálida y yo la abrazaba y la intentaba calmar hasta que esa maravillosa sonrisa volvía a aparecer; en ese momento mi corazón dejaba de latir y era a mí a quien le faltaba el aliento.

La amaba, los sábados eran los mejores días de la semana.

Pero ocurrió, llegó un sábado en que Elisa y su madre no aparecieron …

Elisa nunca llegó a cumplir los 9 años.

Siempre te llevaré en mi corazón.

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