Ante mi, impresionate, el leviatán de acero, vidrio y concreto. Un rascacielos en cuyo piso sesenta y dos está la famosa Editorial Prepucio.

He sido seleccionado, junto con otros 731 autores, para una entrevista de trabajo para ver si publican mi libro, y estoy temblando como un azogado.

A mi lado, Carmen, mi agente literaria. Una pelirroja que me ha acompañado profesional, y sentimentalmente, en los últimos veinte años.

Intento controlarme, pero sudo como un pollo. En la entrada del edificio distingo los restos óseos de otros escritores que lo intentaron antes que yo: publicar.

Llevo bajo el brazo mi opúsculo. Mil doscientas páginas .Una biografía no autorizada sobre Ray Bradbury. Le he dedicado los últimos tres años de mi vida, renunciando a vivir, a divertirme, a la buena vida. 1200 páginas revelando aspectos inéditos del creador de obras como Farenheit 451 o Crónicas Marcianas. He renunciado a todo por escribir ese libro. Renuncié incluso a la droga. Dejé el bronw sugar, los optalidones y el metanol de baja calidad para poder estar sereno,centrado y volcarme en dicho libro.

Y ahora me lo juego todo. Un órdago . O el éxito literario alcanzando el Nirvana, o el resto de mi vida mediocre trabajando sobre gasterópodos en una chunga Universidad en Almería.Una hermosa ciudad , con su inmensa bahía, como decía Manolo Escobar.Me orino encima. Elegí un mal día para dejar de inhalar pegamentos.

-“Tengo miedo, Carmen”, le digo. Y suelto una de mis típicas ironías. Impublicable.

-“Te empeñas en ser mundano, frívolo y atolondrado porque eres cobarde. ¿Qué es, sino cobardía, ese no querer enfrentarte contigo mismo?”, me dice ella mirándome con ojos almendra . “Esto vir”

-“¿Mande?”, digo yo.

– “Un latinajo que significa: Sé un hombre. Serénate y vamos para dentro.”

Respiro a fondo, la agarro de la mano y entramos en el edificio.

Esquivo el primer control de seguridad con poderío. Abro mi chaqueta y dejo ver una galleta Maria Fontaneda abrochada en la solapa y me presento como Agente Federal, tipo Matrix. Funciona.

Paso el segundo control. Una secretaria con vestido verde pistacho con lupas en la cara y un peinado años cincuenta.La desarmo con una sonrisa tipo Sean Connery con un perfecto ángulo de mi mentón bien rasurado y prosigo. Mi meta está en el piso 62.Allí está: Inalcanzable y Vestal. Por eso mas atractiva.

Estoy a punto de pillar el ascensor cuando soy placado por un securata de uno noventaitantos. Me hace una doble nelson y me quedo sin aire en mis pulmones.Otro guardia se tira a peso muerto, con alegría, sobre mi costado, fracturándome tres costillas. Rampas de dolor. DOLOR.

Me mortifico con mi mantra particular.

“Únete a Cristo, para purificarte, y siente, con El, los insultos, y los

salivazos, y los bofetones…, y las espinas, y el peso de la cruz…, y los hierros rompiendo tu carne, y las ansias de una muerte en desamparo… Y métete en el costado abierto de Nuestro Señor Jesús hasta hallar cobijo seguro en su llagado Corazón”.

El guardaespaldas se enternece con mi letanía y me deja respirar.Su compañero levanta sus ciento diez kilos de mi pecho.Cojo aire.Tengo astillas de hueso clavándose en mis pulmones. Echo una saliva sonrosada con espumilla por la boca.

-“Soy escritor”, atiendo a decir, sin resuello.

Los dos gorilas clónicos sonríen seráficamente.

-“Te..tengo una cita”, digo dificultosamente.

Nueva exhibición dental de los esmerilados dientes de ambos.

Me identifican y comprueban que es verdad.

Me sientan en una silla de escay rojo, donde mis pantalones llenos de orín se pegan al asiento. Tengo un aspecto lamentable. No veo a Carmen.

Finalmente aparece un tipo con una espada y aspecto plúmbeo. Me dice que me van a atender enseguida.

Pasan dieciocho minutos.

Finalmente el tipo con gafas y la espada me acompaña hasta el piso 56.

Se abre la puerta de ascensor y veo una puerta de un despacho .

Sr. D. Chema Mapundi

DIRECTOR OPERATIVO DE MARKETING.

” Ven de vacaciones. Te irás en Libertad Condicional”.

El de la espada me dice:

-“Es Vd. libre de seguir, y si entra en éste despacho, deberá guardar secreto de todo cuanto aquí acontezca. Ha firmado usted una cláusula de confidencialidad. O bien puede Usted marcharse libremente sin mas relacción contractual con la Editorial”.

Expreso quedarme.

Me rompen la pernera derecha del pantalón. Me hacen besar un cráneo. Me venan. Me putean vilmente; ponen una espada en el pecho. Sólo falta que un inspector de Hacienda me haga una paralela.

Juro sobre esta espada símbolo del honor, guardar inviolablemente todos los secretos que me serán confiados por esta Respetable Editorial, así como todo lo que habré visto hacer o escuchado decir; nunca escribirlos, grabarlos, ni burilarlos, si no he recibido el permiso expreso, y de la manera que podrá serme indicada.

Consiento, si fuera perjuro, a tener la garganta cortada, el corazón y las entrañas arrancadas, el cuerpo quemado y reducido a cenizas, y mis cenizas lanzadas al viento

Han pasado diez años. Soy un escritor de éxito.El único peaje ha sido renunciar a la salvación de mi Alma Inmortal, pero eso son nimiedades. Me encuentro ahora trabajando sobre mi último libro, por el cual he recibido de mi logia sólo como anticipo 180.000 euros. Doy bolos y conferencias. Las señoras me arrojan lencería fina con su número de teléfono mientras imparto lecciones magistrales de Literatura. He visto todos los Vermeer del Mundo.

Sólo hay que tener Voluntad. -Es una característica muy importante. No desprecieis las cosas pequeñas, porque en el continuo ejercicio de negar y negarte en esas cosas -que nunca son futilidades, ni naderías- fortalecerás,virilizarás, con la gracia de GADU, tu voluntad, para ser muy señor de ti mismo. Y, después, guía, jefe, caudillo..!…, quizás algún día incluso Caballero Kadosh grado 30!!

No tengais reparo en enviarme vuestros manuscritos. Podreis ser mis negros literarios. Y si me placen vuestros escritos, simplemente con ponerles mi firma encima adoraréis al Becerro de Oro, tal y cual he hecho yo.

Sinaloa, Enero del 2017.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS