Cucharita de hojalata rebosando azúcar,
cucharita de plata colmada de ricino.
Carnositos labios mojados en caramelo y limón
repartiendo agridulces besitos al aire.
Un puñadito de cariño con puño de hierro.
Me acaricias con tus uñitas.
Me abrasas con tus abracitos.
No sé cuánto me quieres, pero a veces sí que lo sé:
es cuando dudo de tu amor
en un rapto de ira pasajero.
Y me entran ganitas de llorar.
Quiéreme. Sé que me quieres,
corazoncito de piedra,
tan grande en tu cuerpecito.
Corazón de alcachofita tierna,
que me buscas con inopinada ansiedad
cada vez que me dices adiós,
simplemente,
porque te vas al colegio un ratito.
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