Detras de esta puerta , hace ya muchos años, comenzó tu historia.

La verdad es que poco se de aquellos tiempos, no te gustaba demasiado hablar de ello, así que no puedo adivinar como fue el principio de tu historia. Me la podría inventar.

Podría contar una historia feliz , en una familia feliz. Fuiste la segunda de tres hermanos, la de en medio. Creo que eso no tiene muchas ventajas, te toca obedecer al mayor y cuidar al pequeño.

La relación con tu hermana mayor fue siempre a distancia, a través de cartas, paquetes y mas tarde por teléfono.

La de tu hermano pequeño fue más cercana y también compleja, tanto que al final se rompió.

Entiendo que eran tiempos difíciles para ser feliz cuando se nacía en una familia humilde y trabajadora, todo era muy complejo en los años cuarenta en plena posguerra con la dictadura franquista en pleno auge. España estaba sumida en la pobreza, no había mucho tiempo para pensar si eras feliz o no. Entonces no existían conceptos como: depresión, anorexia, estrés…

La dificultad estaba en poder comer cada día, cuidar tus zapatos para que duraran mucho tiempo y con mucha suerte poder tener una muda de domingo.

También hubo mucha gente en el exilio y en las carceles en condiciones deplorables, situaciones muy duras para ellos y sus familiares.

Mientras escribo recuerdo palabras que hoy ya no están en uso , como estraperlo, cartilla de racionamiento… Te escuche hablar de ello en alguna ocasión. Recuerdo bien cuando contabas que en la escuela no entendías nada, las clases eran en castellano y en tu casa solo se hablaba catalán, tenias que pedir a alguna compañera que te ayudara a traducir. Es curioso como cambian las cosas. O que distintas se ven dependiendo desde donde estén contadas. Tiene que ser muy duro que no te dejen expresar en tu lengua materna. Espero no tener que vivirlo nunca.

Creo que me estoy desviando del tema.

Familia.

Volvamos a la puerta, detrás de ella creciste tu con tu familia y también creaste la tuya propia. Mas aún, convivieron las dos, en aquellos tiempos era así. Los abuelos no iban a residencias y los niños no tenían guardería ni disfrutaban de una habitación para ellos solos. Todo se compartía, la ropa, la habitación, los libros, los zapatos, la comida…

Tu madre se fue pronto y tu padre convivió con nosotros hasta cumplir noventa años, así que tuve la oportunidad de conocerlo y compartir vivencias . Recuerdo que era muy serio, le gustaba vestir bien, era elegante y presumido. Discutíamos de política, me mandaba a comprar el Calisay cada Navidad y también el » tortell de Reis». Pero lo que más recuerdo es su sonrisa cuando nació mi hija, volvió la ilusion a su mirada.

Muchas cosas vividas tras esa puerta.

Te casaste a los veintitrés años con el único hombre de tu vida, aparte de tus tres hijos. A mi también me toco ser el de en medio. Compartíamos una habitación de unos doce metros cuadrados con una litera de tres camas y poco más, era divertido saltar cada noche por encima mis hermanos para llegar a la cama de arriba.

Detrás de esa puerta transcurrió toda mi infancia y parte de mi adolescencia, hasta que volvi de la «mili» y me mude al piso de abajo.

Tu siempre estabas allí, trabajabas, cocinabas, comprabas, te ocupabas de tu padre, tu marido, tus tres hijos y mas tarde de tus nietas. Siempre estabas pendiente que no nos faltara de nada.

Todo lo que hubo detrás de esa puerta te pertenecía a ti más que a nadie, toda tu vida estaba allí, en forma de recuerdos, objetos, colores, olores, fotografías…

Todo!

Absolutamente todo, estaba allí!

La primavera pasada saliste por esa puerta y jamás volviste.

Empezó entonces un camino muy difícil para todos.

Cada día que pasaba te apagabas un poco más.

Este mes hará un año que tu luz, tu voz, tu ser se apagó.

La puerta se cerró, todo cambió, se transformó , la puerta ya no es «la casa de mamá».

Durante muchos dias escuche el sonido de tus cosas arriba y abajo, personas que entraban y salian llevandose libros, ropa, muebles…

Cada vez que escuchaba algo caer y romperse se rasgaba un trozo de mi corazon. Cada ruido, cada paso me ponia en alerta. Fueron dias muy duros , sentia que se esfumaba en un instante toda una vida.

Ya acabaron las reformas.

Hoy ya no hay vida detrás de la puerta.

Todo se fue contigo.

FIN.

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