Ya casi es hora el reloj marca las ocho de la mañana yo parado sobre la ventana esperando solo tu llamada, ayer me comentabas que era una sorpresa a dónde íbamos no quisiste dejarme ni una sola pista ¨pues arrimarías la sorpresa¨, me decías, mientras te jactabas de la risa, esa risa que no era normal, pero me encantaba verla sonreír así; ya que después de tanto pelear se me había hecho costumbre no verte sonreír…

Levante temprano para alistarme , ya que ayer nos quedamos conversando asta tan tarde por teléfono, termine antes de lo que yo tenía previsto (o será que tanta ansiedad me llevo hacerlo tan rápido ), pero nada da igual ; las maletas sobre la cama listas para ser llevadas, me impacientaba y ya empezaba a dar vueltas y vueltas sobre mi escritorio, los cuadros que pintaste para mí que los tengo colgado en el cuarto preguntaba que me pasaba , tan pensativo estaba , yo creyendo que te había pasado algo ,te llame y como no contestaste pues era normal que piense eso ¿verdad?, me perdí en ese lapso del tiempo creyendo buscar la forma de hablar contigo (no te negare que estaba a punto de salir para tu cuarto), cuando el teléfono me trajo de vuelta a la realidad, conteste los más rápido que pude y oí tu dulce voz me que calmo por completo . Quitándome esa ansiedad… pero como siempre tu tratándome con cariño -¡oye tonto baja estoy esperándote, que el bus nos deja!, me dijiste… Baje lo más rápido que pude, acomodamos mis maletas en el taxi y nos embarcamos al terminal.

Ya en el bus supe a donde iríamos; sé que no lo sabias tú, pero ya había viajado varias veces a Jauja, yo recuerdo mucho esos viajes ya que no solo disfrutas del viaje sino es esa conexión que hay entre la naturaleza y tú, sabía que el viaje era largo así que me había preparado muy bien, el bus se puso en marcha y ya tú estabas dormitando como de costumbre te recostaste sobre mi hombro y al cabo de pocos minutos te quedaste profundamente dormida. Ya habían pasado una hora que dejamos Lima se notaban menos casas , el río Santa Eulalia que le seguía el curso a la carretera (el que en Lima toma el nombre del río Rimac).Hubo algo que me llamo la atención , vi a dos niños que jugaban al trompo tan felices ellos como yo en mi época me remonto a esos años donde era el terrible de la casa y me hicieron recordar aquella vez cuando jugaba con mi hermana cuando rompimos la ventana de la vecina y mama me dio de esos chocolates (mama llamaba así a su tres ramas), me arranco una sonrisa recordando esas travesuras ; como no recordar también el dolor que me causo tremendo chocolate .

Las horas pasaban y empezaba hacer frío pues ya llegábamos a Ticlio que está a 4818 m.s.n.m. (de tan solo mencionarlo me entro el frío), pensé que despertarías, pero ni eso te despertó, tuve que despertarte por que tenía que abrigarme ya empezaba hacer mucho frío tenia que abrigarte porque si fuera por ti te quedas así,pero tu cuando te enfermas eres todo un caso, en eso que sacaba los abrigos de la maleta (por suerte aliste una casaca, me previne antes de salir) , vi sobre el pequeño lago formado por el nevado a dos venados color gris, de todas la veces que viaje era la primera vez que veía algo así, era único pues en plena nevada se pusieron a jugar , cada vez que miraban su reflejo se asustaban y retrocedían , te pase la voz para que los veas y te apuesto que ni cuenta te diste por querer seguir durmiendo…

La madre naturaleza es muy generosa y dejo salir al sol y con el salió el aro iris , era un día lindo porque no solo pude disfrutar de tanta belleza en Ticlio a pesar del frío que tenía me sorprendió con esas cosas que te hacen inspirar y me entraron esas ganas de escribir un poema (recordando el día que nos conocimos), así nació SONRÍEME el poema que te dediqué y te sonrojo hasta más no poder y de recompensa me lleve un grande abrazo tuyo….

Ya de entrada a la Oroya y mi cuerpo que había cedido al sueño tuyo con algunos golpes en la ventana me despertaste con esa voz como si me estuvieras regañando por algo que me olvidé, decías mira la chimenea de la refinería de la Doe Rum ya hacia abandonada en el centro de la ciudad más como centro de atracción, me llevo a recordar esos años donde en la Oroya hacían la refinería de los minerales sacados de Morochocha (la mina que está ante de entrar a la Oroya), que por problemas serios con la población y el gran impacto ambiental que ocasiono decidieron cerrarla, no obstante el tren macho (así lo llaman por ahí por que unía varias ciudades del centro del Perú), salía para de Lima llevando los minerales para ser procesados y en medio de la bulla sacaste el teléfono y comenzasmos con la sesion de fotos para el recuerdo, el salía y nosotros seguíamos con nuestra ruta hacia Jauja

Me perdí dos horas ya que me quede dormido contigo, desperté en medio de carcajadas de la gente, había subido un señor a ofrecer productos medicinales, esas plantas que te curan mejor que una pastilla, pues el bien carismático entre broma y broma mantenía a la gente. A lo lejos pude ver un cartel que decía bienvenido a «la Primera Capital Del Perú, Jauja» ya estábamos entrando a Jauja, la virgen del Rosario nos daba la bienvenida con los brazos abiertos…

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