Las Heridas del Capitán Garfio

Las Heridas del Capitán Garfio

Descubrimiento

Alguien fue tan osado que descubrió el odio

Y entendió que sus frutos eran buenos

Se subió a la azotea de la torre este de Parque central

Y escupió hacia los puntos cardinales. lo demás lo hizo el viento

Diferencias.

Quienes somos después de cinco centurias

se sientan a mi lado en el transporte publico

se sostienen de frente en el vagón del metro

Son rostros familiares. Mimetizados en recuerdos

Hablan si, hablamos sin esfuerzo

sin reconocernos

culpan a la tecnología, los radicales al gobierno

Yo abrazo la teoría

De que fue un sentimiento fugado del infierno

Por la boca de un hombre

Allí se revelaron las diferencias

El mostró ante nosotros lo que somos

A cada mañana, un desconocido

Me mira atento desde el espejo.

y maldigo al engendro que lo hizo.




2014 Geraldine y Génesis,

Ellas en sus veinte años no vienen al río de lo posible

Una porta en la cara la marca infame de los temibles

Dicen que salió un día – como la otra – buscando rosas que fueran libres

Una recibió entonces, par de plomadas en su rostro triste

a la otra se la llevaron en un vehículo de dos ruedas

Mudas iban llorando una canción que ya no recuerdan

Blandas fueron cargada entre los brazos de sus dolientes

Muertas iban sangrando la camiseta de los valientes.

2014 Desaparecidos

En las inmediaciones de un árbol callejero,

Tenía Rafaela su puesto de control.

Repleto de periódicos, diversas chucherías

Una radio encendida en inocente canción.

Cada ser que pasaba por esa callejuela

Anotaba sus pasos en un libro marrón.

era la misma entrada para los estudiantes

Inquilinos constantes de su modesta pensión.

Cualquier desviación de algún transeúnte

Cualquier movimiento de aquella vecindad

Era fielmente inscrito en el libro divino

De la mujer diligente, que destilaba bondad.

Y en aquella pensión los inquietos muchachos

Fueron desapareciendo un día sin razón

La mujer comentaba – simplemente se han ido,

fueron a probar suerte en un sitio mejor.

Durante aquellos tiempos de desapariciones

Rafaela salía un día semanal

La vieron caminando nerviosa por la calle

Cercana al edificio de la seguridad



Filiales

La distancia tiene a mis hijos, lejos de mi coraza protectora

No se si sus dientes suenan en noches como esta

No se si sienten el miedo que perturba mi sueño

Se que no lloro al niño baleado

Lloro a la sombra de un hombre en el silencio, lloro de miedo, porque el hijo puede ser el nuestro.

Quien lo decide es la bestia.



2014 Confesión

De regreso al olor de mi casa

a la visión de la ciudad, al cristal empañado

al silencio habitual por lo terrible

en las voces de los niños de familia, ante el café de la tarde de mi anciana

de mi madre enrollando calcetines.

afuera miedo y odio juegan a ser grandes.

Nadie quería hacerlo, ninguno de nosotros.

los muertos son de esta edad, la misma que yo calzo.

su misión ha terminado

Pude ver el rostro de uno, en primera pagina, el primero.

Se llamaba Basil da Costa.

otro guardia me dijo que era carpintero

y fui yo quien empuño la lanza en su costado

yo entregué el martillo

y colgué la inscripción de Rey de los Judíos

cuando sus compañeros le cargaron

me dieron el permiso y el bono de defensa.

Dejé mi fusil en el comando

aliviado por un tiempo

no seria soldado de la patria.



2017 Eran bestias

Encontré a las bestias en el patio.

Parecían copular arrogantes, de la forma como copulan las bestias.

Luego van a sus trabajos

En el cuartel, el ministerio, la asamblea

En el palacio presidencial y otros espacios desplegados en un mapa

Intenté mostrarles mis dientes de furia

Y ni se inmutaron, más bien rieron en burla casi ingenua

No cuentan que bajo mi piel de manso

Habita una estructura de violencia

Esa que ellos sudan sin recato.

Ellos no conocen mi fuerza.

Mi fuerza es el silencio y la decencia-

No saben el poder que habita

en la ventaja de reconocerles

Hoy espero su llegada con ansias.

Quizás un dejo de terror me haga temblar el alma

Esperare el momento de su orgasmo

Para entregarles el destello de mi rabia.



Arte Nº6

Baja del pedestal la estatua del prócer,

Pon en su lugar a un poeta clandestino,

A un pintor solitario,

A un payaso de circo,

A una bailarina histérica

A una pianista nocturna

A un escultor sin aflicción, sin vínculos con el mundo.

Que ellos no tienen los muertos inscritos en la memoria

Del general de la estatua.



2014 Nº10

Afuera hay un espacio de coleópteros y mariposas heridas que condenan

Es la luz del infinito que encadena la verdad y la bondad a la miseria.

Robaba versos y a sus labios iban y me contaba historias aburridas para que mi fusil se disparara como salvas, o fuego artificial en la montaña. Yo la escuchaba pacificado y mi omisión la endurecía.

Y herí su corazón con mis mentiras

El mundo no cambio, siguió girando

Y ella prefirió quedarse herida a seguirme escuchando.

Yo retorne entonces a la vida

Mi alma siempre hablando de regresos,

pero su voz no pernoctaba entre mis versos

Por eso en tardes de aflicción la invoco

enciendo velas, invento oraciones

Ella viene hecha mariposas y yo giro el vuelo del coleóptero.

Ella viene y es noticia, ella prohíbe las ideas, ella condena rebeliones, ella decide que la piel y los afectos son su casa, su barrio, su país, su universo.

Ella me besa en la herida, que dejo la guerra en mi silencio. Yo la beso en aire detenido del encuentro. Lloramos un minuto por los muertos, por los sobrevivientes, por los necios. Por el estúpido que inventó el disparo, por la ráfaga que cegó su aliento.

He cerrado los ojos para ella y eso se llama alegría,

digo,

su beso.

Insomnio Nº 12

Huele el miedo y ladra, es su idioma contra la cobardía

Persigue la pequeña sombra del amante

Que ha diario pasa por los veinte metros de frente de la casa que le pertenece

Eso cree.

Dia tras día, sin poder eludir el paso por el callejón, el enamorado se atreve a la carrera, al mordisco en los pantalones

Solo por obtener un beso, un toque, una erección, un alivio.

Antes de que la miel residual del coito se disuelva,

el enorme perro sale a la carrera tras el amante

A punto de morderlo, pero la carrera salva

Y el amante insiste.

Un día el amante venia mas distraído

En duda, sin beso.

El enorme perro abrió sus fauces y logro un poco de carne, mínimo

El amante sintió el diente

Y se volteó

Encaró esos ojos de sangre

El enorme perro confundido, se contuvo, estuvo estático

El amante asestó la patada

Su oportunidad

El enorme perro, empequeñecido, solo emitía una queja lastimera

El amante siguió atrapado en la piel que le llevaba por aquel callejón

Pero el perro ya no estaba,

Había sido detenido por las nuevas fuerzas de seguridad que tomaron el gobierno

Fue acusado de crímenes de lesa humanidad contra los amantes.



La nada.

El rostro al pavimento, los huesos lesionados

Escoriaciones en el cuello

Un ángel azul se ha quedado a mi lado

No me dejara solo, a pesar de que su libertad esta en riesgo.

Llega la bota militar, la obediente, nos alcanza

  • – no te levantes – es su voz compasiva

De hijo, de hermano, de ser humano

El verde de su piel, el negro de su arma,

Se divorcian del rostro muchacho, como el rostro de mi hijo

Voltea el ángel verde y nos deja ir.

El ángel azul ayuda a levantarme.

Corremos aun turbios y con miedo.

Al otro lado de la calle

Detienen compañeros, los golpean, los empujan.

Camino sin agradecer, no tengo idea de lo que ha pasa.

Piedra

A mi lado caían los inocentes

Los que nada tenia que ver con la refriega.

Los que crecieron o nacieron en la dictadura.

En el suelo estaba la piedra.

Imponente, restante, con la belleza anónima que tienen todas las piedras

El proyectil original, el arma primaria.

Ellos lanzaban proyectiles, de todo tipo

De todo calibre.

Le decían no letales.

Solo eran para enfrentar manifestaciones

Pero los muertos fueron sumándose en las manos de los sátrapas.

Al ácido de las nubes de humo querían dispersarnos.

Entonces lo hicimos, los antiguos, los responsables

Tomamos la decisión.

Apreté la piedra en mi mano

Cerré los ojos y la lance

Días después mi mano tenía otra arma

Días después soñé que caía la dictadura

Y yo no sabía si estaba allí

Pero los inocentes se hicieron libres.

Al lado seguían cayendo, mujeres y hombres, casi niños

2017 Los muchachos (Himno de un indolente arrepentido)

Tras el refugio de mi ventana

los perdigones juegan a herirme

las bombas de humo me están ahogando

y los muchachos no quieren irse.

Hace ya tiempo que el mal dispara

contra la fuerza que no se rinde

¿Como evadimos sus maldiciones?

¿Como agotamos todas sus balas?

Desde aquél, dos mil catorce

jóvenes voces ya no se encuentran

Satán se empeña en hablar de paz

trescientos muertos lleva en su cuenta.

Pretenden tapar sus actuaciones

con actos fatuos y de tunante

la gente estúpida que gobierna

tiene sus manos llenas de sangre

Satán y su antes, sembraron odio

y dividieron un país grande

¿Con que perdón puedo perdonarlos?

¿Con que condena pueden pagarme?

Ahora busco una respuesta

que me avizore si debo irme

que me explique si razón tengo

pues tengo rabia y me siento triste

El mal aspira sajar de un golpe

las ramas verdes de la esperanza

pero ese árbol con la llovizna

florece pronto, da nuevas ramas.

De allí retoñan manos valientes

que apenas lucen sus veinte años

ellos levantan mis voluntades

y con sus voces llevan mis pasos.

Cincuenta años tiene mi vida

ya con achaques y otros males

pero la historia me esta llamando

y mi misión se encuentra en la calle

Volví a sentirme ilusionado

cuando estos niños le respondían

a las bestias que los reprimen

con tanta fuerza y alevosía

Tras la baranda de la autopista

los perdigones juegan a herirme

la sangre corre por la calzada

y los muchachos no quieren irse.

Arte Nº 4

Conjuro a la palabra
a que se restituya,
a que surja con su lengua de fuego y de razones
a que abra de nuevo corazones
a que se vista de piel y abunde entre la gente.

Conjuro a poetisas, poetas (entes de la vieja magia)
de estos calendarios
a que lancen su voz en las esquinas
a que rugan su amor en los balcones
a que no se detengan ante el frio
del plomo que espera tras de los callejones.

Conjuro a la paz
que en cada verso
se hace valiente para enfrentar al miedo

compañeros de vuelo

es hora de los sonidos

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