Llevaba demasiado tiempo preparando la maleta con la ropa equivocada.
Se ha ilusionado demasiadas veces dejándose llevar por unas expectativas que ya no son suyas.
Ha aparecido en sitios donde se ha sentido demasiado arreglado, o demasiado fresco porque hacía frío.
Ha vuelto a aparecer como si nada, en cualquier lugar. Pero solo ha hecho falta ir al cuarto de baño para evidenciar su falta de equilibrio; la inestabilidad tambalea sus cimientos y su cielo. Ha sentido entonces las miradas sobre él y se ha arrepentido de su ropa demasiado atrevida.
Ha intentado entonces disimular entablando una conversación; pero se le traba la lengua y tiembla más aún.
Siempre le echa la culpa a los zapatos; y se mira al espejo y su cabello le parece demasiado corto…
No deja de preguntarse por qué se siente tan fuera de lugar en tantas partes.

Cuando me di cuenta que llevaba demasiado tiempo mirando con las mismas gafas, rompí a llorar como si no hubiera mañana. Eran unas gafas que acompañaban siempre a un duplicado ficticio de mi; las gafas que usaba antes de que me diagnosticaran Esclerosis Múltiple.

Cuando gasté las lágrimas de tanto compadecerme, me di cuenta de que estaba muy aburrido y decidí hacer algo grande.

Este verano viajaré a mi interior.
Y cambiaré de gafas para cuando llegue el invierno.

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