YO,
MUSICO

Hoy, 31 de julio de 2016 me veo entre los participantes
de la Orquesta de Rock del Conservatorio de Música Simón Bolívar de Caracas, me
parece mentira que esté yo con esos músicos y cantantes de tan prestigiosa
Institución, al rato fueron llegando mis compañeros de estudio y ya estaba allí
el profesor, quien es una ´persona joven, bajito, con una melena negra y
delgado.

Dicho profesor es muy estricto y amable, luego nos situamos en un auditorio
pequeño, allí distribuimos los violines, las trompetas, la batería y demás instrumentos
y los cantantes, cuatro, se fueron turnando para ir interpretando sus
canciones, la más bonita es Hey Yude de Los Beetles, la canta una joven
pequeña, de pelo corto y negro pero tiene una voz maravillosa, la otra joven
que también canta tiene el pelo largo, muy delgada y también tiene su voz
fuerte y dulce a la vez, todas cantan en inglés y como yo aún no se este
idioma, es poco lo que entiendo.

EN EL MUSEO DEL TRANSPORTE

EN EL MUSEO DE LOS NIÑOS DE CARACAS

Mientras nos estábamos preparando me puse a pensar en mis comienzos en la música, estaba yo estudiandosegundo grado en la Escuela Madariaga en el turno de la mañana y mi abuelo me inscribió.

Angel me inscribió en el turno de la tarde en la escuela Mi Casita, la cual
quedaba al lado de la otra escuela, allí me explicaban las tareas que no
entendía, me daban clases de fútbol, de natación y como no había piscina, nos
llevaban para la avenida San Martín donde si había una.

Me
enseñaban música, comencé con una flauta de plástico y como yo no estaba muy
interesado la dejé partir, mi abuelo y mi madre se pusieron muy bravos por mi
falta de cuidado y decían que yo no tenía interés, sin embargo, compraron otra
flauta y después un cuatro, el cual partí al dejarlo caer, yo no sé qué me
pasaba, la verdad que no lo entiendo.

Como ese colegio Mi Casita lo pagaba mi
abuelo, el cual tenía una ´pensión y vivía cerca de donde yo estaba con mi
madre en La Pastora, yo no sabía lo que era tener esa ventaja, allí almorzaba tranquilamente y pasaba mi vida más
o menos bien.

MIGUEL EN LA ESCUELA MI CASITA DE CARACAS

El
día que me entregaron de la maternidad, mi abuelo nos fui a buscar en una camioneta
que él manejaba de la empresa Frenos Avila, estaban en la Clinica Santa Ana el
padre de Marcos, abuelo de Miguel. Mi abuelo Angel recogió a mi madre María
Elena y a su primer nieto y junto con el padre de Marcos los llevó para el
barrio Niño Jesús de El Junquito, a una casa que le habían alquilado a la
señora Mary, cuando llegaron nos estaban esperando mi abuela Elena y mi
bisabuela Paula y eso fue motivo de gran
alegría para nosotros. Los días que precedieron al nacimiento fueron de gran
entusiasmo, mi madre en esa época trabajaba en una empresa en La Yaguara y estaba
de reposo por haber tenido su hijo, en esa época mi padre Marcos vivía con
nosotros, luego fuí creciendo, mi madre
María Elena se fue a su trabajo y todo siguió normalmente.

Mi padre Marcos me había dejado abandonado
junto con mi madre, ya que antes, cuando yo tenía tres años se había ido junto
con mi madre para Cúa, allí teníamos un ranchito de tablas y zinc muy pequeño,
la nevera y cocina se llevaban todo el espacio del rancho y la cama que era
grande ocupaba todo lo restante de la pequeña casa.

Llegamos allí después que mi madre, padre y abuelos nos
fuimos a ese sector, porque antes vivíamos en el Barrio Niño Jesús de El
Junquito, específicamente en el kilómetro cuatro de la carretera
Catia-Junquito, allí estábamos alquilados al momento de mi nacimiento y estaban
mi tía Ana, junto con mis abuelos Angel y Elena y mi bisabuela Paula, madre de
mi abuela Elena.

MIGUEL, SU TIA ANA, VALERIA Y SU MADRE MARIA ELENA

Como
la dueña de la casa de nombre Mari le quería aumentar el alquiler a mis abuelos
y madre, decidió mandarlos a desocupar y ellos no conseguían para donde mudarse por ninguna parte, una
amiga de mi abuela de nombre Luz, vivía en Cúa, estado Miranda y allá tenía un
rancho, su hijo El Negro tenía otro más allá y había un señor llamado Palma que
estaba vendiendo un terreno desocupado para hacer una casa, dicho terreno era
plano y al parecer no tenía problemas.

En
dos camiones nos fuimos para Cúa y llegamos casa de la señora Luz, ella y su
hijo metieron nuestros enseres en sus humildes viviendas mientras nos hacían un
ranchito para nosotros. A los pocos días
estuvo construida la casita con su baño y una sola habitación grande y mudaron
parte de los muebles y lo que quedaba se repartió en las dos casas.

Mientras
tanto mi tía Ana junto con mi abuelo Angel se quedaron en Caracas trabajando,
ella en una agencia de loterías donde se quedaba y él en la compañía de
vigilancia donde laboraba.

MI MADRE MARIA ELENA

A
los días de agosto de estar allí celebraron mi cumpleaños, ya que mi tía había
conseguido un trabajo en la FAO y le acababan de dar sus cesta tikets.

Por
cierto que esa noche nos llevamos un gran susto, como el ranchito donde
estábamos viviendo era prestado, se hizo una pequeña fiesta allí y cuando
estaban los niños de lo mejor, llegó un señor con cara de desesperación y nos
dijo que apagáramos la música y las luces y nos quedáramos callados porque
venían unos malandros, los cuales al oir la música querían asaltar las personas
allí presentes.

MIGUEL TOCANDO MARACAS EN SARARE, ESTADO LARA

Así
lo hicimos, apagamos todo y nos agachamos y al rato se oyeron los pasos y unas
voces que decían: por aquí es, pero siguieron de largo de la puerta del rancho y
se perdieron en la oscuridad de la noche, sin embargo nos quedamos en esa
posición una hora más y luego los niños fueron saliendo poco a poco para no dar
sospechas y pasó el peligro

Mi padre Marcos no estaba trabajando y mi
madre tampoco, se vendían heladitos en una escuela para medio sostenernos y un
día Ana decidió ir a buscar a su abuela al Junquito, donde ella estaba
trabajando y la llevó para la mencionada casita.

Al llegar Paula allí no le gustó para nada lo
lejos, la situación en que estábamos y dijo que de allí la sacaban muerta y
decidió no comer más, aquello partía el alma, la viejita estaba tirada en una
tabla en el patio de la casa y no podía pararse de la debilidad, entre varios
vecinos la llevaron a un ambulatorio y allí le pusieron suero y la revivieron,
pero el doctor dijo que cuando una persona no quiere vivir más es imposible que
la logren salvar, de tal forma que a los días fue decayendo por la falta de
alimentos y falleció.
Llamaron
a mi abuelo y a mi tía que estaban en Caracas y mientras tanto mi madre María
Elena andaba en la búsqueda de una ayuda para enterrarla, fueron a la Alcaldía
y le dieron una parte del entierro, mientras tanto mi pobre bisabuela estaba
sobre la tabla y las hormigas ya la habían invadido, no se podía tener dentro
de la casa y estaba al aire libre en el
patio y el señor Palma nuestro vecino, hacía lo imposible para dejarla en algún
sitio donde no la alcanzaran las hormigas.

Qué
insensibles y faltas de piedad son las funerarias, si la persona no tiene el
dinero dejan el cadáver allí si es posible a la intemperie y el Estado no puede
recogerlo y llevarlo para la morgue si la policía no ha dado la orden por medio
del forense, pero siempre hay una persona que no tiene nada y da más que el que
tiene.

Una muchacha con su hijito en brazos propuso
hacer una colecta para recoger el costo del entierro y habló con la policía
para que pusieran una alcabala en la carretera para pedir dinero a los choferes
que pasaran por allí y cuando se consiguió lo que faltaba, ella trajo otro dinero
y dijo:

Aquí
tienen lo que me dio mi marido para el niño, yo se lo doy con todo gusto para
enterrar a la viejita.

Un
gesto de esta magnitud solo es
comparable al máximo sacrificio que puede una madre hacer en un proceso de gran
necesidad, desprenderse del alimento de su hijo de meses para que una persona
sea enterrada.

Mi
pobre abuela se quedó sin su madre y en esa soledad del ranchito donde vivía y
al poco tiempo Dios se apiadó de ella

Cuando
llegaron mi abuelo Angel y mi tía Ana se consiguieron con ese triste
espectáculo, como pudieron acomodaron a mi bisabuela en otra parte y al rato llegaron las personas que estaban
recogiendo con potes llenos de dinero, se lo entregaron a mi madre y al
instante ella salió para la funeraria a pagar la plata que costaba el sepelio.

MI HERMANO GUSTAVO Y MI PRIMA VALERIA

Que
falta de humanidad, el encargado de recibir la plata contó billete por billete
de las más bajas denominaciones, así como las monedas y en ese proceso pasó
casi una hora, luego dio la orden al chofer de la carroza para que saliera a la
búsqueda del cadáver para trasladarla a la sala velatoria.

Esto pasa cuando en una sociedad vale más el

dinero que cualquier cosa, el interés pecuniario está por encima de cualquier sentimiento,
el ser humano se convierte en una especie de monstruo que se alimenta con los
sentimientos de los más necesitados.

Tal
parece que los funerarios solo son comparados con los zamuros, que esperan a
que la persona que está agonizando deje de estar vivo para abalanzarse sobre él
y comerlo sin ninguna piedad.

Hay
otras profesiones en las que no existe la piedad, como son la médica y la
farmacéutica, donde como en todas partes hay excepciones, entre los abogados
también se ve esta falta de piedad.

Si un médico ve que el paciente no tiene
recursos, sencillamente no lo recibe, si un farmaceuta observa que le falta a
una persona dinero para completar la compra de un medicamento, sencillamente no
se lo vende así le diga el comprador que es para su madre que se está muriendo
y si es un profesional del Derecho no le
importa que vayan a pedir sus servicios para sacar de la cárcel a determinado
infractor y le pide tal cantidad de dinero y le ofrece que si va a cumplir y
pasan los días y los meses y la promesa nunca se cumple.

Total
que mi bisabuela fue enterrada sin ninguna compasión, solo acompañada por sus
familiares y las personas del barrio, que sin conocerla habían colaborado para
tan insigne labor como es enterrar cristianamente a una necesitada.

Mi
bisabuela Paula era de Los Andes, había venido a Caracas para buscar mejores
prospectos y trabajar en casa de familia o de obrera donde estuvieran buscando,
ella comenzó a trabajar en un cine en una máquina de hacer cotufas y como no
sabía un joven se acercó a ella y le explicó el funcionamiento de la misma,
quedaron enamorados y se pusieron a vivir juntos,

Al
cabo de cierto tiempo nació mi abuela, la cual llevaba por nombre Carmen Elena,
vivían en la parroquia La Vega de Caracas y mi bisabuelo era muy adicto al
licor, después nació su hermano llamado Luis Alberto Morales.

Como
no tenían casa, Paula hizo las diligencias para que le adjudicaran una vivienda
en La Vega en la parte baja, allí estaban haciendo lo que los vecinos llamaban
Las Barracas, pero realmente no lo eran, a pesar de su pequeñez, eran sumamente
cómodas para una familia pequeña, con su salita, dos habitaciones, su baño,
allí se podía vivir cómodamente.

Cuando
mi abuelo Angel conoció a mi abuela fue en una fiesta que estaban realizando en
casa de una novia de un hermano de él, bailaron y se enamoraron, luego mi
abuelo la vino a visitar y al tiempo la pidió en matrimonio, luego se casaron y
se fueron de la casita, quedando mi bisabuela con su hijo Luis, que no se sabe
porque motivo vendió la misma a una familia, todo lo que tenían se perdió, incluyendo ropa, papeles,
cocina, nevera y muchas cosas más, como el padre de mi abuela no vivía allí
porque estaba separado de Paula, ella se vio sola y decidió irse con su hija
para Sarría, barrio donde vivía mi abuelo, allí la recibieron y se quedó
viviendo con su hija hasta que nació mi tía María de Los Angeles, la cual nació
enferma y duró 8 meses.

Luego
mi abuela se puso a trabajar en la Casa Mariñas de Caracas hasta que volvió a
salir en estado y tuvo a mi madre María Elena, la cual vivió allí hasta que se
mudaron para El Junquito, que fue donde nací yo y el lugar de residencia de mi
padre Marcos.

EN EL MUSEO DE LOS NIÑOS EN CARACAS
Un
día iba Paula con su nieta Ana en una buseta, como iban parados, un joven
ofreció galantemente su asiento a la señora, ella se sentó y le dijo al joven:

La
verdad que tienes el rabo bien caliente.

El
joven se puso rojo como un tomate y se bajó en la siguiente parada visiblemente
avergonzado por aquella acción de Paula.

Otra
vez mi tía Ana llevó a una bella joven amiga de ella al Junquito y Paula se le
quedó mirando y le dijo:

Que
bonita eres, pero tienes una cara de prostituta.

En
otra oportunidad su hija Elena estaba viendo un programa con las hermanas María
Teresa y Rosa Virginia Chacín juntas y llama a Paula y le dice: apúrate para
que veas las mujeres que Angel siempre se las pasa oyendo.

Paula
las vio y se quedó sorprendida de que tan bellas y elegantes mujeres fueran las
favoritas para la música que mi abuelo escuchaba y le dijo a mi abuelo:


no les das ni por los zapatos a esas bellas mujeres.

Otro
día mi abuelo iba por la calle de El Junquito rumbo a la casa donde vivía y se
consiguió un perrito muy gracioso, mi abuelo lo llamo y el perrito se fue con
él y al llegar a la casa mi abuelo entró, trancó la puerta y el perrito se echó
del lado afuera de la misma, al rato llegó Paula y en lo que el perro vio que
iba a meter la llave comenzó a ladrar y no la dejaba entrar, Elena en lo que
oyó el escándalo con el perro se asomó por la ventana y ve a su madre dándole
con una bolsa al perrito y el mismo ladrando, abrió la puerta y Paula entró
corriendo y el perro afuera y Elena le dice a su madre:

Y que te pasaba con ese perro?

Que no quería dejarme entrar, ¿quién lo trajo? él se cree
el dueño de la casa.

Y como vieron a mi
abuelo riéndose dijeron: ¿de dónde sacaste tú ese perro?

El les contesto: yo venía caminando, vi el perrito lo llamé y él me siguió y luego entré a la
casa y no sabía que se había quedado allí.

Dice
Paula: ya van a ver como el dichoso perro se va y no vuelve más y diciendo esto
toma una olla de agua y se la lanza al perro, el cual sale huyendo y se va.

Al
rato sale mi abuelo otra vez, ve al perro lo llama y el mismo se le queda viendo, le
voltea los ojos como una persona y se va.

CAPILLA JESUS, MARIA Y JOSE

Mi
pobre abuela se quedó sin su madre en
esa soledad del ranchito donde vivía y al poco tiempo Dios se apiadó de ella,
ya que a los días una amiga de mi tía Ana fue con su carro a visitarnos porque
andaba buscando una casa para comprarla por ese sitio y como vio a mi abuela
tan afligida se ofreció a llevarla en su carro para la casa donde ella vivía en
Caracas mientras Ana y mi abuelo
conseguían una casa donde llevarla.

Mis
padres Marcos y María Elena se quedaron conmigo en la casita y los demás se
fueron a Caracas, no tenían trabajo y estábamos pasando hambre, mi padre salía
a vender unos helados y mi madre los hacía y buscaba trabajo, pero allí en ese
pueblo no era fácil conseguir nada y la mayoría de las personas que por allí
vivían tenían que trabajar en Caracas.

Así
pasamos un tiempo hasta que comenzó a llover y fue tan grande el aguacero, que
el ranchito comenzó a inundarse y los vecinos comenzaron a sacar los pocos enseres que teníamos, pero todo lo que fue la
ropa se perdió, los colchones y cantidad de cosas de uso diario.

La
casita se inundó por completo y quedó inservible, nos pasaron los vecinos para
otro rancho que estaba desocupado y allí nos quedamos.

Al
otro día llegó mi abuelo con mi tía Ana y nos trajeron comida y algo de ropa y
como estaban trabajando se fueron. Según dijo mi madre mi abuelo estaba en una
agencia de vigilancia privada.

Pasamos
esa otra semana de hambre y el día domingo vinieron mis abuelos y mi tía Ana en
un carro libre que alquiló mi abuelo para trabajar y nos trajeron comida, luego
se fueron y se llevaron algunas cosas en el carro, el ranchito estaba desarmado
y como seguía lloviendo no era posible habitarlo, le dijeron a mi madre que se
habían mudado para La Pastora a una habitación y allí estaban más o menos
cómodos, pero todos sus enseres y muebles, cocina y otras cosas estaban
diseminadas por el barrio, ya que cuando se inundó la casita no había donde
ponerlas.

Mis
abuelos estaban haciendo hallacas y se vendían bien y en esa habitación
estábamos todos amontonados, pero comíamos de lo que se estaban haciendo con
las hallacas.

Siguió
pasando el tiempo y ya era noviembre, mi padre Marcos estaba sin trabajo otra
vez, porque lo habían botado donde trabajaba y mi madre estaba obstinada y dijo
que nos iríamos para Caracas, apareció un señor llamado Ismael y dijo que le
buscaría una habitación cerca de mis abuelos y mi madre decidió irse para
Caracas conmigo.

Llegamos
donde Ismael, quien tenía una camioneta y enseguida alquiló una habitación
cerca de mis abuelos, mi padre Marcos regresó donde su madre en El Junquito y
se separó de mi progenitora definitivamente, yo tenía tres años y estaba muy
enfermo, había contraído un parásito en el estómago que me hacía vomitar a cada
rato, dicho parásito lo tenía porque íbamos a un matadero a buscar carne que
botaban y la misma estaba descompuesta, muchas personas la comían y unas se
enfermaban y ahí caí enfermo yo también.

Estábamos
mi abuelo y yo en un parque cercano y me comencé a sentir mal, me fui donde
estaba él sentado y vomité, esperé y seguí vomitando sin parar, enseguida mi
abuelo me llevó a la casa que estaba cerca y me asearon y vistieron para
llevarme al Hospital de Niños de San Bernardino, me recibieron y mandaron a
hacer exámenes de eses y descubrieron el parásito, el doctor dijo que había que
atacarlo con antibióticos y se fue neutralizando su efectos hasta que se logró
acabar con él y me mejoré, de no ser por mis abuelos seguramente hubiera
fallecido, ya que me llevaron a tiempo.

El
siguiente sábado fueron mi madre, Ismael y mi abuelo a buscar sus cosas y
trajeron todo lo que pudieron, las de mi madre las dejaron en la habitación
nueva y las de mis abuelos y Ana en la de ellos.

Mi
abuelo me puso en una escuela llamada Los Periquitos, donde estaba un
Preescolar y todos los días él me llevaba y me buscaba en las tardes, allí me
daban desayuno, almuerzo y merienda y todo estaba bien, mi madre estaba
trabajando en un negocio de hechura de techos caseros e industriales, su nuevo
marido Ismael era de Guayana, vivía allá y siempre le mandaba plata por medio
de la cuenta de mi abuelo, le pagaba la habitación y las cosas estaban normalizadas.

Como
en la casa donde vivían mis abuelos iban a alquilar otra habitación, se le dijo
a mi madre y ella hizo contacto con los dueños de la casa y pronto nos mudamos
a la misma casa, mis abuelos vivían en la parte de arriba y nosotros en la
parte baja de la casa.

Ya
para llegar diciembre a mi abuelo lo llamaron del banco Banesco para informarle
que su pensión ya estaba lista y a lo que llegó con la noticia trajo 10.000
para los gastos y dijo que no se harían más hallacas porque él iba a cobrar su
pensión todos los meses y no había necesidad de ello, por los momentos haría un
viaje para Upata, estado Bolívar y cuando regresara hablaríamos.

Al
regreso mi abuelo dijo que comenzaría a estudiar Bachillerato, luego Derecho y
se pensaba graduar de abogado, a mí por mi parte me pasarían para la Escuela
Madariaga, la cual quedaba cerca de la casa donde vivíamos para comenzar el
primer grado, como esas clases no eran todo el día, al lado de la escuela había
otra llamada Mi Casita, la cual era de tareas dirigidas, le daban el almuerzo a
los niños, lo ayudaban a hacer sus tareas, tenía fútbol, piscina, música y allí
comenzaron mis primeras clases de música.

Al
principio era con una flauta de plástico, no le tomé mucho placer a la misma y
en poco tiempo partí la flauta y me compraron otra, luego me pasaron al cuatro,
mi abuelo me compró uno y se me cayó de las manos, se partió y quedé sin cuatro
por algún tiempo y por lo consiguiente se interrumpieron mis clases de música.

Pasó
el tiempo y mi madre consiguió una nueva pareja llamada Hernán, vino un nuevo
hermano y le pusieron Gustavo y el padre de él se vino a vivir donde mi madre,
comenzó a tratarme mal y por ese motivo mi progenitora peleó con mis abuelos y
ellos decidieron irse para Guarenas, lugar de residencia de mi tía Ana, la cual
se había casado con un señor llamado Richard, el cual tenía en esa población un
apartamento, andaba en un carro de su propiedad y trabajaba en el Ministerio de
Alimentación que funciona en la avenida Urdaneta, allá ellos decidieron vender
el apartamento que tenía él en Nueva Casarapa para comprar una casa town house
de dos pisos en la misma urbanización.

Anteriormente
habían adoptado una niña de un mes de nacida que se llamaba Valeria de Los Angeles,
la cual era su tesoro y mis abuelos cambiaron el cariño que me tenían por el de
la niña nueva, yo estaba en las peores de las situaciones, ya que mi padrastro
me insultaba a cada momento y me estaba dando una vida de perro, hasta que un
tres de octubre me estaba gritando como de costumbre y me entraron unos nervios
y comencé a gritar desaforadamente al mismo tiempo que lloraba sin parar y
Hernán gritaba para que me callara, con todo ese escándalo bajó la encargada de
la casa llamada Norka y le reclamó a mi padrastro su actitud y él la insultó,
en el acto ella lo mandó a desocupar la casa y le dijo a mi madre que él se
tenía que ir, pero ella si quería se quedara en la casa, que esto no lo hacía
por ella sino por los abuelos que se habían portado bien todo el tiempo.

A
los días Hernán abandonó la casa y quedamos mi madre, Gustavito y yo solos, ya
que como dije, mis abuelos estaban viviendo en Guarenas con Ana, mi abuelo
venía todos los días a trabajar en Sundecop y en la noche estudiaba Derecho en
un liceo cercano a mi casa y regresaba a Guarenas, a veces venía y lo veía.

Por
cierto que antes de conseguir ese trabajo, él venía todos los días al mediodía
y me llevaba alguna cosa de comer, yo lo esperaba en la reja de la escuela y
ese día 10 de enero de 2012 se despidió de mí diciéndome:

Miguel,
hoy es el último día que vengo a verte en la semana, ya que desde mañana
comenzaré a trabajar en una empresa del Gobierno llamada Sundecop y me tengo
que retirar del comedor donde almuerzo.

Le contesté:

Abuelo,
usted me dijo que tenía una pensión que se la daban a todas las personas que
están viejas para que descansen y no trabajen más y ahora me dice que va a
trabajar y será que le van a dar otra pensión?

El
me contestó: Es un trabajo que me ofrecieron y me pagarán buena plata para
ayudar a tu madre, a ti y un nuevo hermano y necesito hacerlo, te veré los
sábados o los domingos.

Y se fue y yo me quedé muy triste.

Después
fue pasando el tiempo y yo estaba más grande, aún estudiaba en la escuela
Madariaga y me provocaron ganas de ir a ver a mi padre Marcos, el cual me
estaba buscando, ya tenía yo 11 años.

Nos
encontramos con mi padre Marcos en la Plaza Candelaria un domingo, íbamos en el
carro de mi tía Ana, él nos estaba esperando, subió al carro y me abrazó, me
puse a llorar porque tenía mucho tiempo que no lo veía y después mi tía Ana nos
llevó a un restaurant donde comimos y luego nos despedimos de mi padre y él
quedó en vernos después.

El
siguiente sábado mi padre me invitó para el Parque del Este, allí me llevó mi
abuelo y me dejó con él, estuvimos paseando y viendo los animales y me dio
hambre, le dije a mi padre que quería comer algo y él me dijo que no tenía
plata, que no estaba trabajando y yo de inmediato comencé a llorar, él
angustiado llamó a mi abuelo el cual le dijo que ya iba para el parque, al rato
llegó y salimos para la casa de una amiga llamada Maribel donde comimos, mi
padre comió como que tenía varios días sin comer y yo también, de allí salimos
y mi abuelo le dijo a mi padre que me llevara para La Pastora y me entregara a
mi madre. A lo que ella me vio me preguntó si Marcos me había traído algo de
plata o de comida y le dije que no, que él no estaba trabajando y no tenía
dinero y ella se puso muy brava.

Otro
día voy con mi abuelo para El Junquito y mi padre le había dicho a sus hermanos
que yo iría para que me conocieran, ese día hicieron una fiesta y yo estaba de
lo más contento, porque los hermanos de mi padre me felicitaban y me dieron
muchas cosas de comer y hablamos mucho, mis nuevos abuelos estaban muy
contentos e hicieron una comida de lo más sabrosa, luego mi abuelo Angel y yo
nos vinimos para La Pastora.

En
la otra semana volví con mi abuelo para El Junquito y mi madre le había mandado
una lista con las cosas que yo necesitaba y que le mandara 20 bolívares, cuando Marcos vio la misma se molestó mucho
y dijo que él no estaba trabajando y no tenía dinero, que no mandara a Miguel
sino cada 15 días y como mi abuelo Angel lo vio así me dijo que nos íbamos, no
comimos nada y en Catia mi abuelo me
compró muchas cosas de la lista con su dinero, unos zapatos nuevos y un
avioncito que me gustó mucho.

De
allí en adelante fui muy poco y mi abuelo se encargaba de comprarme todo lo que
me hacía falta, porque mi madre lo que ganaba no le alcanzaba, luego llegó
diciembre y yo quise ir para El Junquito el 31 de ese mes, mi abuelo me llevó y
pasé el Año Nuevo más infeliz que pudiera imaginarse, mi abuela se fue para una
fiesta y mi abuelo padre de Marcos se sentó a ver televisión y lo único que me
dieron esa noche fue un pedazo de pan tieso, luego me acosté y al otro día mi
padre me llevó a La Pastora, al llegar mi madre me preguntó cómo me había ido y
le conté todo lo que me pasó y ella se puso muy brava.

Otro
día Marcos me lleva para El Junquito y me deja con la abuela, ella me dijo que
íbamos a salir al mercado y me fui con ella, llegamos donde una señora en Catia
que tenía un puesto de verduras y a lo que llegó le dijo a mi abuela que se
quedara cuidando el puesto que iba para el banco, se fue y en el acto mi abuela
se sacó de entre el vestido dos bolsas y me dijo que la ayudara a llenarlas con
todo lo que pudiera, yo así lo hice y ella las ocultó fuera del negocio y me
dejó cuidándolas, al rato veo que la dueña del negocio llegó y mi abuela se
despidió y nos fuimos a la casa, no vi que le pagara nada y me di cuenta que
estaba robando y yo la estaba ayudando.

Al
llegar a la casa de mi madre le comenté lo sucedido y al saberlo mi abuelo
Angel se pusieron muy bravos y decidieron no mandarme más para allá, ya que me
estaba enseñando a robar.

Como
con este asunto quedé muy mal, me comencé a portar mal y mi madre decidió
llevarme a la iglesia de La Pastora para que el Padre me aconsejara, él habló
mucho conmigo y me llevó donde el profesor Pichardo, quien tenía un salón
pequeño para enseñar música y allí comencé con la flauta de nuevo, como ya
tenía conocimiento enseguida la dominé y como habían otros estudiantes me
entusiasmé y comencé a tocar cuatro, mi abuelo me compró uno y como llegaron
los ensayos para los aguinaldos de diciembre, comenzaron a llevarme para un
conjunto como aprendiz de cuatrista, en la iglesia también tocaba flauta y
cuatro y me gustó la afición al violín, como el profesor me vio entusiasmado habló
con mi abuelo, quien me compró un violín y allí comenzaron mis clases del
mismo, tocando en la iglesia y alguna parte donde nos invitaban.

MIGUEL DE ESPALDAS EN EL SISTEMA NACIONAL DE ORQUESTAS

Mi
primera intervención como violinista fue en la escuela Madariaga, cuando salí
de sexto grado, allí fui con mi violín y toqué varias piezas musicales que
sabía y los profesores, alumnos y sus familiares me aplaudieron frenéticamente,
todos me felicitaron.

En
el Teatro Junín de la Plaza Bolívar de Caracas, invitaron al profesor de música
y a mí para tocar varias piezas musicales, ya que tenían la fiesta de fin de
año escolar, allí estaban representantes de todas las escuelas de Caracas y
todos quedaron impresionados con nuestras interpretaciones musicales.

El
año pasado por diciembre el profesor de mi liceo donde estudio me invitó para
interpretar una canción de Alí Primera que se llama Amor en tres tiempos, solo
con mi violín, que por cierto el arco estaba muy gastado y solo tenía cuatro
pelos, un cuatro tocado por el profesor
y la bella voz de una linda joven estudiante, nos aplaudieron y felicitaron
todos los estudiantes.

Con
el profesor Pichardo cada vez que hay un acto en la iglesia La Pastora llaman a
los músicos que han estudiado por allí y los cuales son todos profesores y lo
que tocamos es espectacular, veo a mi abuelo y noto que se le salen las lágrimas de la
emoción.

También
andamos por las calles de La Pastora de parranda, tocando y cantando aguinaldos
por todo el mes de diciembre.

En
diciembre pasado estuve tocando cuatro con el Conjunto América de El Retiro de
Caracas en la Capilla de Jesús, María y José el 24 de diciembre, desde las 11
de la noche hasta las dos de la madrugada, que bendición tan grande es cantarle
a Dios, revivir su Nacimiento y amanecer en esa grata experiencia.

Este
conjunto tiene la particularidad de poseer un instrumento musical de cuerdas
que se llama Tres, éste funciona punteando y el que lo toca es un joven llamado
José Hernández, su padre de nombre Hilario Hernández era quién tocaba con el
mismo ritmo que toca su hijo, pero falleció exactamente el 25 de diciembre de
hacen 20 años, su madre María Nicomedes cuando fueron a enterrarlo, no quiso
meter en la urna el tres y decidió llevarlo a la Capilla de Jesús, María y
José, mi abuelo recibió el instrumento y le dijo que en el Conjunto de Jesús,
María y José no tocaban ese instrumento y que lo guardarían, pasaron varios
años y cuando el joven José estaba algo más grande, decidió tocar el
instrumento de su padre, fueron a la Capilla y allí estaba sin usar desde que
su madre lo había entregado y con ese aparato es que están tocando.

Mi
tía Ana se mudó para Caracas, ya que se había divorciado de su esposo y compro
un apartamento en La Candelaria, allí conoció una joven llamada Ramaris que era
asistente del director del Sistema Nacional de Orquestas Emilio Arvelo, la hija
de mi tía, de nombre Valeria se inscribió en violín y me dijeron a mi si quería
tocar en dicha orquesta, en el acto dije que sí y a lo que me probaron, como
tenía clases con el profesor Pichardo, me aceptaron junto con Valeria y nos
´pusieron en segundo violín, luego me pasaron a primer violín.

Mi
abuelo me compró también una guitarra nueva y ya estoy practicando en ella.

El
edificio donde funciona el Sistema de Orquestas está situado en la Urbanización
San Bernardino, Caracas, es un bello edificio de Corpoelec y en la parte de
arriba en el primer piso y parte de la planta baja funciona un teatro del mismo
sistema, con su buen auditorio y sillas en buen estado, allí comencé a tocar.

Tuvimos
una presentación el primero de diciembre para encender la Cruz del Avila y
dimos un maravilloso concierto por ese motivo, acudieron varias orquestas todas
juveniles y auspiciadas por Dudamel, quien nos visita cada vez que está en
Venezuela y se lleva los más adelantados para viajar con su Orquesta Simón
Bolívar por todo el mundo.

Es éste un maravilloso
proyecto, según explicaba el Ministro de Poder Eléctrico de esa época, que en
los ´países europeos los que quieren estudiar música deben pagar por clases
cantidad de euros y comprar sus instrumentos, cuando finalizan sus estudios y están
aptos para ingresar a alguna orquesta, las mismas los contratan solo por el
tiempo que van a tocar, sin ninguna clase de prestaciones y cuando los vuelven
a necesitar los llaman, ese es el sistema en Europa y vigente en Venezuela
hasta hace 5 años.

Ahora
el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela proporciona los instrumentos, los
profesores, el aula y todo de gratis y si el alumno consigue trabajo en una
orquesta de aquí tiene todas sus prestaciones sociales vigentes en el país, o
sea, en esta nación ser músico es una profesión digna y segura.

Es
increíble ver como niños y niñas de muy corta edad andan con un instrumento tan
grande, que sus padres tienen que ayudarlos porque no pueden con ellos, sin
embargo a la hora de ejecutar cualquier pieza musical tocan como verdaderos
expertos y la orquesta se oye como si tuviera músicos adultos.

Lo
más digno de elogio son los instrumentos de viento, tales como trompetas,
saxofones y trombones, ¿de dónde sacan esos niños y niñas tanto aire para hacer
retumbar la sala de conciertos con el sonido de estos instrumentos musicales?
que hasta que los vi a ellos yo creía que había que tener buenos pulmones para
hacerlos funcionar y no es que los niños no los tengan, sino que son pulmones
de niño, quizás sea porque son jóvenes.

Hemos
tenido presentaciones en el auditorio del Hospital de Niños de Caracas, en el
Salón de Corpoelec muchas veces con distintos motivos, en el Círculo Militar y
finalizamos con una el pasado mes de julio por las vacaciones.

Desde
hace un año nos inscribimos dos compañeros y yo en el Conservatorio Simón
Bolívar de Caracas para tocar en la Orquesta de Rock de Venezuela del
Conservatorio Simón Bolívar, situado en la Urbanización El Paraíso, es un
edificio de dos pisos, todo lujo, es una quinta de las de antes, la cual está
acondicionada para dar clases, con un
buen profesor, lo único es que los instrumentos los ponemos nosotros, pero
tenemos el salón de clases y las clases gratuitas, nos hemos presentado en la

El
pasado viernes fui donde trabaja mi abuelo, él es abogado y ha sido mi padre en
todos los sentidos, desde que mi padre me abandonó, él y mi abuela tomaron la
batuta de mi crianza y junto con mi tía Ana, siempre están viendo por nosotros.

Para
mí es un orgullo ir al trabajo de mi abuelo, todo el mundo me conoce y cuando
lo mando a solicitar los vigilantes le dicen, señor Angel lo busca su hijo y
oigo que mi abuelo les dice: es mi nieto, pero es como que fuera mi hijo.

Cuando
sale me busca en la sala de espera del Instituto donde trabaja y siendo una
persona mayor de 70 años, trabaja tranquilamente con todos los otros abogados y
abogadas, la mayoría son jóvenes y él es el único mayor, lleva más de cinco
años trabajando para el Estado y nunca llega tarde ni falta a su trabajo sin
justificación.

Allí
han botado y cambiado cantidad de personas, tanto abogados como personal
administrativo y mi abuelo siempre queda, ya que él es muy cumplido en sus
obligaciones

Mi
abuelo es el Presidente legal de la Sociedad de Jesús, María y José en Caracas,
Venezuela, El Cortijo de Sarría. Dicha Sociedad nació porque JESUS, MARIA Y
JOSE, que es la Misma SAGRADA FAMILIA, le hablaron a la Señora DOLORES RENGIFO
DE RAMIREZ desde el año 1934 hasta que ella falleció en el año 1958. Ellos
dieron una Orden: que rezáramos todos los días 3 Ave Marías a las cinco de la
mañana por la salvación de la Humanidad y por nuestras necesidades. En base a
estas Revelaciones se construyó una Capilla en honor a JESUS, MARIA Y JOSE, la
cual está situada en esa misma dirección y luego, como se ha ido predicando
esta Verdad, tanto en el interior de Venezuela como en el exterior, han surgido
Filiales, en total 36 en nuestro país y en el exterior cantidad de personas son
creyentes de JESUS, MARIA Y JOSE.

CAPILLA
JESUS, MARIA Y JOSE DE CARACAS

JESUS,MARIA Y JOSE

SEÑORA
DOLORES RENGIFO DE RAMIREZ

LA
VIRGEN DE LA CAPILLA

MILAGRO
DEL PAN

MI
ABUELO, PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD JESUS, MARIA Y JOSE

CAMA
DONDE FALLECIO LA SRA DOLORES

En
el año 1942 la señora Dolores compró un pan redondo y por Obra de JESUS, MARIA
Y JOSE se transformó en un Corazón del mismo Pan, con una Corona de Espinas, el
Nombre JESUS al relieve y una Cruz en la parte de arriba, hasta el presente
este Corazón tiene 73 años que los va a cumplir el 27 de septiembre y se
encuentra en el Altar de la Capilla.

Mi
abuelo comenzó a estudiar cuando tenía 60 años, exactamente cuando recibió su
pensión y dejó de trabajar un tiempo, según me cuenta mi abuela, él trabajaba
de chofer y repartidor en una empresa de frenos y el trabajo era pesado, allí
le dieron los 60 años y le solicitó al gerente de la compañía los papeles para
ingresar a la pensión que bien merecía, ya tenía más de 2.000 cotizaciones, el
caso es que a los dos meses ya lo estaban llamando para que comenzara a cobrar.

El
día de mi confirmación con mi tía Ana y Valeria

El
día de mi Confirmación mi abuelo me prestó su traje de fiestas y como ya estoy
bastante grande, del tamaño de él, me quedaba perfectamente bien, fuimos a la
Iglesia de La Pastora en Caracas con mis abuelos, mi tía Ana y mi madre, todos
estábamos vestidos para tan magno evento, la iglesia estaba llena de bote en
bote de los participantes y sus familiares, todo muy bonito para ese día.

Es
de hacer notar que esta es una Iglesia muy antigua, aquí nació la Divina
Pastora, fue donde llegó la bella Imagen y por eso esta parroquia lleva ese
nombre, luego se la llevaron al estado Lara y allí los habitantes de ese sector
la recibieron con gran fe y entusiasmo, al grado de que cada vez que hacen la
celebración llegan millones de peregrinos de todas partes de Venezuela y del
mundo entero para participar.

Mi
abogado en una ceremonia que se hizo en la Universidad Bolivariana de
Venezuela, en Santa Mónica, Caracas, a ella asistieron todos los graduandos y
sus familiares y allí le entregaron su título de Abogado, luego él registró
dicho título en el Registro Principal de Caracas y después su Juramento en el
Colegio de Abogados de Caracas, situado en el Paraíso.

Al tiempo de estar graduado lo ascendieron al
Departamento Jurídico de la misma Institución donde estaba trabajando.

Mi abuelo me cuenta que él estaba estudiando cuando una
compañera de estudios le dijo que estaban buscando personas para trabajar en el
Indepabis, él fue allá y lo aceptaron, pero este trabajo era de gratis, sin
embargo a mi abuelo le gustó y se quedó trabajando en esas condiciones, eso fue
en el mes de diciembre.

En el mes de enero lo llamaron a trabajar con sueldo y
prestaciones de Ley con el cargo de Asistente Administrativo y luego lo pasaron
al Departamento Jurídico cuando se graduó de abogado y hasta el presente está
allí trabajando.

Yo quiero seguir el ejemplo de mi abuelo, cuando sea
grande quiero ser abogado como él, pero no para estafar a las personas, sino
para ayudar al necesitado, mi abuelo ha ayudado muchas personas que por
desconocimiento de la Ley han hecho actos ilícitos en el ramo comercial y él
los ha aconsejado para que procedan por lo legal, a mi abuelo no le gusta
Derecho Penal porque hay mucha corrupción y se dedicó al Derecho
Administrativo, allí no gana grandes cantidades de dinero pero ayuda las
personas y tiene un sueldo como mantenerse y para ayudar a mi madre y a mí que somos
sus nietos.

En diciembre del año pasado a mi abuelo le dieron en su
trabajo bastante dinero para nosotros, con el mismo compramos ropa y zapatos
para mí y mi hermanito y pasamos una
Navidad bastante bien.

No todo ha sido grato para mí, el abandono de mi padre me
ha pegado duro, pero mi abuelo ha logrado suplir en lo más que ha podido su
falta, siempre pendiente de nosotros, siempre atento a cuanto me haga falta y
si no tiene como sufragar algún gasto se le ve su preocupación, es por eso que
lo considero como si fuera mi propio padre.

Y
esta ha sido la historia de mi vida hasta el año 2016, con 15 años de
existencia, mis más cariñosos saludos a mi madre María Elena, a mis abuelos
Angel y Elena y a mi tía Ana con su hijita Valeria y a mi hermanito Gustavo y que me perdonen todo
lo malo que he podido hacer.

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