Adiós, me voy.

Atrás dejo un cuerpo inerte mientras mi alma viaja libre aún no sé hacia dónde. Nunca creí en la separación de cuerpo y alma, pero es tan poético…

Ahí queda mi cuerpo, haced con él lo que queráis. Él ya no siente, ya no existe, ya nada puede hacerle daño. Mi imaginación vuela libre hacia un lugar mejor, donde no existen ni el miedo ni la tristeza. Donde sólo hay palabras que me acompañan y el murmullo voraz de las plumas del resto de compañeros.

Adiós, me voy. ¿Volveré? No lo sé

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