Mika apretó los puños, sintiendo su pecho arder con una mezcla de emociones. No podía quedarse callada.
—¿Ren te dijo que soy su ex? —preguntó de inmediato, con la mirada fija en Ayaka.
La nueva chica sonrió con calma, como si estuviera esperando esa reacción.
—No exactamente —respondió, inclinando un poco la cabeza—. Pero lo supe por cómo te miró y cómo te trató.
Mika frunció el ceño, confusa.
—¿A qué te refieres?
Ayaka dio un pequeño suspiro y se cruzó de brazos.
—Cuando hablé con él antes del recreo, mencionó que hubo alguien en su pasado… alguien que lo lastimó —sus ojos se clavaron en los de Mika con intensidad—. No dijo tu nombre, pero cuando te vio, supe que eras tú.
Mika sintió un escalofrío.
—Entonces… ¿él te habló de mí?
Ayaka asintió lentamente.
—Sí. No con muchos detalles, pero entendí suficiente —su tono se volvió más serio—. Ren quiere seguir adelante, y yo estoy aquí para apoyarlo.
Mika sintió que el corazón se le encogía.
—Yo… solo quiero explicarle lo que pasó.
Ayaka la miró con una leve sonrisa, pero había un brillo competitivo en su mirada.
—Tal vez tengas la oportunidad, pero te advierto algo, Mika —dio un paso más cerca—. Si crees que recuperarás a Ren fácilmente, estás equivocada. Yo también quiero estar a su lado… y haré todo lo posible por ganarme su corazón.
Mika sintió su respiración agitarse. Ahora no solo debía enfrentar el rechazo de Ren, sino que también tenía una rival decidida a quedarse con él.
Las cosas no serían nada fáciles…
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