Llevaba varias noches esperando tu visita, la distancia en las noches se vuelve pesada.
Sin esperanza, baje la luz y me puse un camisón negro con encaje al borde, tu favorito. Me tire sobre la cama cerré los ojos y lleve mi mano a mi rosto, acaricie mi mejilla, con mi dedo delinee mi boca, suspire y desee que estuvieras a mi lado.
Entre abrí los ojos y te vi entrar, tu mirada me devoro, todo mi ser celebro tu llegada, salte de la cama a tus brazos y en un beso desenfrenado nos reencontramos, después de la espera, después de extrañarnos. Recorrí borde a borde tu cuerpo con mis besos, dejando tu alma y tu cuerpo desnudos, mientras que tus manos me llenaban de caricias, tu cuerpo y el mio siendo uno. En el encuentro más puro y natural. En la entrega más pasional mi alma y la tuya, fundidos en un abrazo, en nuestro beso.
Me besas el cuello, mi mirada se nubla, mi cuerpo se estremece, acaricio tu cabello y curiosa mi mano recorre tu espalda jugando con mis dedos sobre ti, Una danza nos atrapa en medio del encuentro más armonioso, todo es calma y paz hasta que ansiosas nuestras manos se desatan en caricias furtivas. Nos entregamos todo aliento y espíritu convidado en medio de nuestro ser.
Me besas, te beso y sin poder dejar de tocarnos. Mi cuerpo va sobre el tuyo, tu manos me sostienen y vas adentrando en mi, tienes mi alma, tengo tu esencia, somos uno. en el jugueteo mas tierno y exquisito vamos colmando nuestro ser. Agitados, dichosos en medio de la noche rompemos cualquier distancia, olvidamos la espera y gozamos nuestro encuentro.
A ojos cerrados, con el espíritu alerta, la conciencia dispuesta y nuestros cuerpos amándose, abrazamos el día.
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