Inenarrable e indescriptible, esas son las palabras que inundan mi cabeza desde el alba al ocaso, entre verdades y mentiras que aguardan en las esquinas observando atentamente los hechos que mi mente afligida repite en un intento banal de comprender o simplemente creer aquello que vi, pero vuelvo al principio otra vez deseando ignorar esa terrible sensación que ocupa mi corazón con desdén y soberbia siendo ello lo único que mi ser podía conservar al volver a empezar.
Transite por este camino múltiples veces al grado de ser capaz de andar por el mismo con los ojos cerrados, he avanzado muy lejos de ciudad en ciudad buscando comida y agua muy debes en cuando podía a encontrar a otros como yo, a veces eran familias enteras de no más de 5 personas después de todo si éramos numerosos esa cosa se fijaría en nosotros y sería el fin otra vez, me pregunto cuanto tiempo ha pasado desde aquello ..mi mundo ..nuestro sencillo y pequeño mundo engullido por lo que mora más halla del silencio o la imaginación, una maldita ironía que ríe junto a nosotros recordándonos la impotencia de nunca poder lograr evitarlo pero aun así aquí estamos, una y otra vez avanzando en las sombras lo que alguna vez se describió como una civilización avanzada, prospera y llena de individuos dichosos, ya no más, ya no hay más de ello porque solo nos queda la tarde como la noche. Mi rutina y el tiempo han logrado mantenerme cuerdo, tal vez algo falto de emociones como de empatía pero es mucho mejor que el silencio, he visto peores situaciones en esos ojos, ahora a lo único que me dedico es a lo único que los que perseveran se dedican ..a nada más que sobrevivir, errantes cuál polvo al viento, tomando lo que halla que tomar cuando halla algo en cualquier lugar o cualquier momento, diría que las grandes ciudades son las mejores, pero también suelen ser nidos de esas cosas, esos malditos hábiles insectos y pensar que ellos se beneficiarían de esto, pero no importa después de todo aquello ni distingue solo come, bebe o tal vez arranca, sigo sin comprenderlo.
No nos distraigamos, la duda es el pan de cada día y la sangre a la par de la carne, una moneda de cambio, nada más; con el transcurso del gris sombrío de la tarde llega la noche, corta pero intensa, siempre pululando en los lagos de moscas que rodean la sima de las montañas, nunca me ha acercado allí y si se me permite decir te recomendaría que nunca lo hagas.
Con la llegada de la lluvia todos nos ocultamos bajo tierra, después de todo a esa hora la oscuridad hambrienta devora cualquier indicio de luz y la lluvia indica con alaridos la dirección del nefasto platillo, guardemos silencio, descansemos, pero por sobre todo no ores, en donde estamos el único que puede oír tus plegarias y deseos es él.
Un nuevo día, la rutina continua esta vez llegamos a Perú, las calles se conservan igual, pero el ruido en los edificios es incesante como ecos y arañazos en las paredes, una vez llegue a esconderme allí huyendo de la lluvia, los vi ..beligerantes cobardes abrazados a las paredes, devorados por la ilusión de la normalidad que alguna vez existió, reducidos a plantas y hongos que se alimentan la pútrida emoción que aun a muchos ahoga; movámonos debemos encontrar un refugio antes de que la noche llegue y todo vuelva a cambiar.
Avanzando con prisa en cautela llegamos los edificios cerca al Mall, allí hay comida, debes tener cuidado al tomarlas los bichos ocultan a sus crías en algunas, una buena táctica, una que detesto con el alma de no ser por ella el hambre ya no sería tan problemático, pero con ingenio útil puede ser para librarse de algunos caníbales.
Tras unos meses volvemos a desplazarnos, esta vez en barco; tras la llegada de aquella cosa el fin del mundo se hizo presente, aún lo recuerdo guerras y asedios todo lo que pudimos usar, todo lo que sacrificamos para acabar con la maldita cosa y nada sirvió, los primeros años ignorantes de nuestra situación nos negamos a creerlos, pero el tiempo y nuestro frágil mundo nos lo harían entender, si bien aún podemos sobrevivir esto será siempre y cuando se evite la noche ..jajaja recuerdo los gritos de las primeras semanas, la noche no cesaba hasta que toda la luz desaparezca, siempre hambrienta, devoraba todo hasta solo dejar su sombra, temblé y llore, me retorcí sin cesar deseando morir aun así resistí esperando que finalmente cesara el ruido y cuando el silencio se hizo presente la tarde volvió con el miedo bajo mi piel espere 2 días más hasta que finalmente salí impulsado por el hambre, todo lo que vi eran siluetas cuál sombras fijadas en los árboles, en las paredes y en el piso de lo que alguna vez fue mi familia o mis vecinos, calles vacías nada más.
Explore armado con un tubo de metal y un cuchillo la zona moviéndome cada vez más lejos hasta que sin darme cuenta estaba en otro país, me gustaría decir que lo puedo explicar pero eso sería mentir, sentí que había pasado mucho tiempo, pero era incapaz de recordarlo, preocupado trate de entender la situación pero no pude, entonces al pie de lo que parecía ser un cerro avance hasta llegar a lo alto y al ver hacia abajo quede en shock, estaba en los ángeles, como demonios llegue aquí me pregunte mientras que la tierra empezaba a temblar acompañada de una reverberación cuál gruñido se esparcía a la distancia ocupando cada centímetro del lugar, pensé que me quedaría sordo, menos mal que no fue así.
Impactado por todo lo ocurrido decidí casi por instinto no mantenerme en movimiento, al menos hasta poder encontrar un refugio, lluvia volvería y con ella noche, debo estar a resguardo cuando ello ocurra o lo lamentaré, algo muy en mi interior me decía que así sería por ello me eche a correr busque incesantemente hasta encontrar lo que parecía una tienda de ropa de marca, busque en su interior lo que pudiera comer a la par que un pequeño espacio seguro donde ocultarme hasta que pase la noche.
Estoy de nuevo en el presente, mi colega me avisa para movernos, agradezco haberme acercado a el aquel día, si bien somos 2 ahora la seguridad es mejor y tenemos más chances de ignorar las voces tras las ventanas. En un principio lo primero en cambiar fue la flora, irregulares y curiosas sería la mejor forma de escribirlas nunca atacan, pero su mera presencia desquicia a la mayoría sobre todo las flores amapolas, dormir cerca de ellas suele impregnar tus sueños de aromas, un blanco fácil para los susurradores; luego vino la fauna criaturas inmensas otras muy pequeñas todas crujientes y retorcidas, terrible e intranquilas, ansiosas por probarlo todo, pero nada más horroroso que los susurradores, parásitos que deforman la carne a través de la medula y el cerebro, todo para parecerse a su presa, todo por una maldita sonrisa, una que se graba en tu memoria, alimentándose del silencio, obligándote a susurrar para alejarlos, es lo único que funciona con ellos, siempre y cuando te des cuenta a tiempo que están cerca de ti.
Como si fuera una historia de película, también aparecieron ellos, los adoradores, esos sujetos, idiotas que creen que adorando a aquella cosa, tendrán una chance de ser liberados, parece que aún no entienden su cruel y retorcido sentido del humor, no importa lo que hagas, pues toda esto acabo aquel día, el día en que inicio y lo sé muy bien me aseguro de nunca olvidarlo, aquel cielo jamás me dejaría hacerlo, retorciéndose en sí mismo abraza cada microsegundo del tiempo babeando hambrienta ansia que su diversión nunca cese y por ello estamos aquí cumpliendo nuestro papel esperando que esos ojos jamás nos revelen el misterio de lo que mora más halla del firmamento.
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