EL RESCATE DE CONSUELO

EN PODER DE LOS ÑAÑIGOS.

EL RESCATE DE CONSUELO MIRANDA.

Desde hacía una semana el grupo de policías secretos vigilaba en secreto la casona ubicada junto a la carretera vieja de Guanabacoa a dos kilómetros de la salida de la villa , luego de la confesión de Ñapancha disfrazada de tirada de caracoles el grupo había iniciado un meticuloso rastreo de todos los alrededores de la villa hasta dar con esta casona luego del río ocupada por unos arrendatarios desconocidos que Ramírez mandó a investigar de inmediato en el registro notarial de la villa cuando se enteró de quien era el Arrendador le dio un vuelco el corazón nada menos que la Sociedad de Ayuda Solidaria Efori Nkomo la sociedad del juego Abakua, ni siquiera habían usado un testaferro para arrendar la casona la que tenía una gran ceiba en su patio árbol sagrado indispensable para sus ritos.

Luego de esto Ramírez estuvo seguro que si Consuelo Miranda estaba secuestrada en Guanabacoa de seguro la tendrían en aquella casona, de esa forma montaron un puesto de vigilancia permanente detrás de la casona encima de un copiosa mata de mangos permanecía todo el día y la noche un policía secreto espiando hacia dentro de la casona con unos prismáticos estudiando todos los movimientos y por menores de los ocupantes de la misma, detrás de la casa había una gran arboleda de todo tipo de árboles incluidos mangos por ese motivo encubrieron su vigilancia sin levantar sospechas.

La casona fue construida por un hacendado rico de la zona el señor Don Mariano Iglesias dueño de la misma y arrendador de esta desde el 1915 a la Sociedad Efori Nkomo la que apreciaba mucho su cercanía al rio y la existencia de la mencionada ceiba dentro de la propiedad elementos muy importantes para sus ritos a Ekue en los dos plantes que celebraban anualmente, Don Mariano se hacia el de la vista gorda porque los ñáñigos le pagaban un arriendo de 100 pesos mensuales por la casona toda una pequeña fortuna en aquella época.

La casona estaba rodeada de un muro rustico de piedra y espinosas piñas de ratón que hacían muy difícil el acceso de intrusos al patio, por el frente tenía una cerca de lanzas de metal punta agudas altas de más de dos metros muy bien pegadas y en su esquina izquierda que da a la calzada una verja alta de metal cerrado siempre con un candado, cerca de la verja una caseta donde un vigilante permanecía todo el día.

La casa principal tenía dos plantas muy amplias comunicadas por una amplia escalera de mármol encima estaban las habitaciones y debajo un gran recibidor con una gran puerta y varias ventanas que daban a un largo y amplio portal techado de tejas como la casona.

Frente a la casona un largo y amplio comedor techado de tejas con numerosas ventanas en cuyo centro había una larga mesas con sus sillas muy acorde para celebrar fiestas y banquetes a la derecha de la casona había dos habitaciones bajas cuadradas casi sin ventanas el cuarto de los criados y el almacén de la casona, luego del comedor se hallaba un cobertizo donde se guardaban las herramientas de jardinería.

El grupo de Ramírez sabía que en la casona habían cinco hombres probablemente armados de revólveres y una mujer que dormía en el cuarto de los criados donde era muy probable que tuvieran a Consuelo encerrada vigilada estrechamente por esta mulata que no era otra que Úrsula que no se le quitaba de al lado a Consuelo haciéndole la vida imposible.

Los cinco hombres dormían en las habitaciones del segundo piso de la casona es decir tres porque dos permanecían de guardia uno en la entrada del cuarto de los criados y el otro en la entrada que daba a la calzada en la caseta, las guardias se relevaban cada cuatro horas.

A la mulata se la había visto abandonar el cuarto de los criados varias noches seguidas al parecer para pernoctar con un amante dentro de la casona dejando sola y tal vez amarrada a la secuestrada, Úrsula andaba de amores con uno de los hombres de la pequeña guarnición un fornido moreno de casi dos metros de alto fuerte como un toro de ébano.

La noche del asalto fue miércoles todo estaba preparado para caer sobre la casa luego de las doce de la noche participaban cuatro policías de civil armados de carabinas y revólveres y Ramírez que portaba su revolver Smith and Wenson y su cachiporra, pensaban usar una tabla larga ancha que apoyarían sobre el muro de piedras y espinas una especie de plataforma de casi cinco metros de largo por dos de ancho la plataforma tenía una soga en la punta para halarla y pasarla al otro lado para invertir su posición y poder salir al rescatar a Consuelo.

El problema eran los dos dogos negros que andaban toda la noche sueltos dentro del patio desde hacía tres días uno de los policías les echaba pedazos de carne por la madrugada para acostumbrarlos a comer y por suelte estaban mal alimentados y los devoraban con saciedad la noche del asalto a eso de las once y media de la noche del martes el policía les lanzó sus acostumbrados pedazos de carne pero esta vez estaban saturados de cianuro al poco rato los dos perros sé que quejaban lastimosamente y se arrastraban por la hierba el guardián del cuarto se acercó a los animales y Úrsula salió alarmada del cuarto de los criados.

––¿Qué les pasa a los perros Julián?

––No se señora parece que comieron algo y están quejándose y revolcándose…dijo el moreno cuarentón regresando asu taburete.

––¿Les echaste su comida?

––Como siempre doña Úrsula. Dijo Julián.

––Mañana veremos que les pasó a lo mejor cogieron un andancio con el agua del rio ahora es mejor ni acercárseles capaz que te muerdan, vigila bien la puerta que me voy a la casona.

Dijo Úrsula y salió apurada a verse con su amante sin hacer mucho caso a los que quejidos de los dos que se iban apagando bajo la acción del fuerte veneno en unos minutos se apagaron por completo sin que Julián se asombrara mucho por ello aquel era un lugar apartado y tranquilo y se sentían seguros.

Luego de las doce de la noche Julián comenzó a cabecear en su taburete mientras que los cinco policías se hallaban al acecho detrás de la cerca de piedra con la plataforma preparada recostada a las piedras a una silenciosa señal de Ramírez comenzaron a escalarla con las carabinas cargadas y preparadas para hacer fuego fueron cayendo de un salto sobre la hierba a escasos metros en que hallaban los cadáveres de los dos perros el más pesados de ellos hizo algo de ruido al caer y Julián alzo la cabeza espabilándose era noche de luna nueva se veían poco hacia el fondo de la casona Julián se puso de pie y avanzo unos pasos tratando de ver entre las oscuras sombras que cubrían el fondo del patio logro ver varias siluetas que corrian hacia el e intentó sacar su revólver.

––Alto la policía secreta. Grito Ramírez. Suelta el arma y tírate al suelo.

Pero Julián no hizo caso y siguió tratando se disparar con su cachimbo, se oyó el fuerte estampido de una carabina Remington la bala alcanzó en el pecho a Julián lanzándole atrás con la caja torácica destrozada, Ramírez y otro policía corrieron hacia la puerta del cuarto de criados Ramírez llevaba un hacha de bomberos en las manos y la emprendió a hachazos con la puerta.

Los otros tres policías corrieron hacia la puerta cerrada de la casona uno de ellos también llevaba un hacha de bomberos y atacó con furia el portón de acceso a la planta baja que estaba cerrada.

Ramírez logró aflojar la puerta y la abrió de una patada…

–––Señorita Consuelo grito el detective está usted ahí.

Sintió un forcejeo y unos gemidos dentro de la habitación.

––Prende el mechón Diego rápido. Ordeno Ramírez.

Los policías lograron forzar la puerta de la casona y entraron corriendo en la misma tomando rápido posición para abrir fuego hacia la escalera y cubriéndose lo mejor que pudieron por esta descendió a toda carrera un moreno de mediana estatura revolver en mano.

–––Alto es la Policía.. dijo uno de los de la secreta.

La respuesta fue un disparo de revolver que casi le vuela el sombrero jipijapa al guardia los tres policías abrieron fuego sobre el hombre del revolver que cayó bajo una lluvia de disparos de carabina rodando escalera debajo desde el segundo piso en los otros dos abrieron fuego sobre los policías con sus revólveres mientras estos disparaban hacia arriba con sus carabinas.

Ramírez y Diego lograron ver a Consuelo amarrada y amordazada encima de un sucio camastro sin perder tiempo se lanzaron sobre la mucha y la desataron y le quitaron la mordaza.

-––Somos de la policía secreta señorita Consuelo hemos venido a rescatarla le decía Ramírez mientras la cargaba en brazos y salía con ella hacia la plataforma..

–––Diego corre a la casa y dile a los otros que se retiren sin dejar de disparar hacia detrás yo me llevo a la chica…dijo Ramírez mientras se internaba en la oscuridad con consuelos en los brazos.

Diego corrió hacia la puerta y grito..

––Arriba retirada con fuego graneado ya la chica esta libre vámonos…grito Diego a todo pulmón.

Los tres policías abandonaron el recibidor sin dejar de hacer fuego hacia arriba una bala alcanzó a uno de ellos en un hombro y lo derribó al piso, los otros dos le halaron por las piernas y le sacaron a rastras al portal.

––––No déjenla carabina coño recógela. Gritó el más viejo.

El otro recogió el arma del suelo y los tres iniciaron la retirada ayudando y sosteniendo al herido de pronto se holló un disparo de revolver era el guardia de la puerta que había corrido hacia la casona alcanzo a uno de los policías en plena espalda el que cayó de bruces sin volverse a incorporar el otro disparó su carabina casi a quema ropa contra el mulato que cayo hacia detrás por el impacto mal herido, en ese momento salían los otros dos ñáñigos de la casona revolver en mano el otro policía herido en el hombro se revolcaba en el suelo de dolor pero tenía su revolver en la mano y abrió fuego sobre los recién llegados.

Los dos morenos disparaban sus revolver a unos cinco metros contra los policías sin poder hacer bien blanco por la tremenda oscuridad solo desgarrada por los fogonazos de pronto se oyó sonar el Smith and Wenson de Ramírez había regresado por su hombres al dejar a Consuelo junto a la plataforma con Diego.

Ramírez avanzó disparando con seguridad contra el moreno alto y fornido amante de Úrsula uno de sus disparos le dio en el pecho al toro que siguió avanzando contra Ramírez poseído por una rabia infernal desde el suelo el otro policía le dio un tiro en la ingle al toro que se dobló hacia delante lo que Ramírez aprovechó para saltar sobre él y darle con la culata en la sien el toro se fue de lado hincando las dos rodillas en el piso Ramírez siguió disparando sobre el otro que fue alcanzado en el estómago doblándose por completo desde el suelo el policía herido le pegó un tiro en el cráneo que sonó como un coco seco abriéndose por completo el hombre se desplomo sobre el piso exhalando un quejido de dolor, el toro tenia los brazos apoyados en el piso e intentaba levantarse a pesar de lo herido que estaba pero Ramírez le pego una fuerte patada en la cabeza y lo revolcó haciéndole caer hacia detrás.

–––Vámonos rugió Ramírez ayudando a parar al herido luego cargó al policía muerto sobre los hombros y corrió con el encima hacia la cerca seguido del herido.

Una de las carabinas se había quedado en el piso Úrsula salió como una sombra de la oscuridad y la tomo del piso y hecho a correr detrás de los policías que corrían hacia la plataforma no se veía nada a dos pasos la mulata levantó el arma y disparo al azar sin lograr alcanzar a los hombres que huían que disparaban hacia detrás.

Diego no había esperado por Ramírez cargo en brazos a Consuelo y saltó con ella al otro lado de la cerca y luego corrió hacia el auto en que dejaron al quinto policía con el motor en marcha, luego de abrir la puerta y empujar dentro del asiento a Consuelo le gritó al chofer.

––Acércate a la cerca Gustavo rápido.

Gustavo maniobró el auto acercándose a la cerca próximo a donde estaba la plataforma vieron saltar al policía herido el que ayudado por Diego entro en carro chorreando sangre de su hombro, detrás salto Ramírez con el cadáver del sargento López como se llamaba el policía fallecido en la refriega el valiente detective sin soltar a la víctima se acercó al auto y ayudado por Diego logró meter al fallecido en el asiento atrás ante los gritos de horror de Consuelo, Ramírez y Diego se engancharon en los guarda pies a ambos lados del vehículo el que salió disparado hacia Guanabacoa dejando detrás la casona en que quedaron los cadáveres de los tres okobios de la Efori Nkomo de Coco Solo y de la rabiosa Úrsula que disparaba a la oscuridad hasta que

se quedó sin municiones.

 

Etiquetas: crimen cuento

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