Ya no querían más silencio.

La casa se sentía «muy vacía», eso escuché decir. 

Era el momento, el reloj avanzaba.

Abogado o ingeniero, bastón para el mañana,

azul o rosa, hermano deseado.

Nieto amado y escencial, remedio para el tedio,

fruto del amor o instrumento de reconciliación.

Proyecto de vida, lo que sigue en la lista,

hijo de Dios, miembro de su iglesia.

Ya no habían más proyectos, ya nada los llenaba,

buscaban felicidad.

¿Egoismo o amor?

¿No nacer? No…

No tengo elección, me encamino hacia mi destino.

Etiquetas: cuento historia relato

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