El frio recorre con intensidad la ciudad, las personas corren en busca de un refugio al que llegar que los proteja de este gélido clima, un lugar seguro, me pregunto si abra un lugar así para mí; hace tiempo sin duda hubiera dicho que si, pero ahora, prefiero estar en este lugar. El pensar en salir de aquí solo provoca en mi escalofríos, el no poder salir sin temblar en el intento, sin poder evitar que los recuerdos me invadan, diciendo siempre lo mismo, un reproche que no para y no se calma, nadie lo calma, ni amigos, ni familiares, nadie que me acompañe, solo mi sombra y ese frio infernal.
Mis ojos me pesan, pero me niego a cerrarlos, no puedo dejarme abrazar por el sueño sin importar cuanto lo anhele, no puedo hacerlo, si cuando lo hago aun puedo verlos sufrir y escucho sus gritos; veo ante mi el desfallecer de cada uno de ellos, el horror y la confusión que los traga, y yo, solo puedo luchar para volver a abrir mis ojos, las lagrimas inexistentes hieren mi ser. Necesito terminar esto para poder descansar en paz.
Respiro con profundidad mientras miles de pensamientos pasan en mi mente, los miedos con los que peleo constantemente surgen de la oscuridad y me envuelven sin parar; mi corazón se acelera, siento esos ojos del pasado juzgando y preguntado el porqué, mis manos tiemblan y mis extremidades se hielan, las froto con insistencia, busco un calor familiar o algo que calme el dolor que me aqueja, pero se que nadie me acudirá a ayudar.
Trato de buscar calma en el mar de miedos y culpas que poseo, me levanto para buscar agua; las luces fallan por donde paso, no le doy importancia, después de todo, suficiente es que pueda quedarme aquí como para ser exigente, bajo del sótano en el que “duermo” y con cuidado de no caer me dirijo a la sala; busco algo para beber pero parece que no hay nada, supongo que tendré que salir a comprar algo; me dirijo a la puerta pero antes de poder salir me paralizo y poco a poco siento que el terror me invade de nuevo.
No recuerdo cuando fue la ultima vez que puede salir, solo recuerdo ese día, ese maldito día, el día que todo se jodió para mí.
Fue hace años, o tal vez hace meses, realmente no lo sé, yo tendría 16 años, poco más, poco menos, no importa, el tiempo para mi se detuvo hace tiempo; ese día era muy especial para mi y para mis amigos, al fin después de mucho tiempo de espera se estrenaría una película que todos deseábamos ver, no puedo evitar el soltar una ligera risa al recordar como suplicamos a nuestros correspondientes padres para que nos dieran permiso para poder ir al estreno, y aunque nos costo mucho conseguir el permiso al final pudimos conseguirlo; Dios, aun recuerdo los nervios de esa noche, casi no pude dormir de la emoción; después de conseguir los permisos todos nos pusimos de acuerdo en que llevar y a que hora llegar, nadie quería perderse ese estreno, pasamos horas esperando en esa fila que parecía eterna pero al final pudimos entrar, entramos y fue realmente un mar de emociones, lloramos, reímos y más de uno pego un grito, realmente esa película nos había fascinado, pero no todo es eterno y la felicidad se fue cuando llego la imprudencia; si pudiera retroceder en el tiempo sin duda lo haría para frenar nuestra estupidez provocada por el deseo de emoción, realmente fue una idiotez pero como siempre, en el momento no parecía mala idea, si apagas tu cerebro durante unos minutos es una idea brillante.
Realmente que no sé qué pensábamos cuando le hicimos caso a Sabrina, pero ocurrió, tomamos camino a una tienda y decidimos ir como si fuera de día con dirección al rio, si lo piensas bien era una idea brillante, digo un rio, a unos minutos de la ciudad, en medio de un bosque, a más de media noche, que podría salir mal no? Sin duda era muy estúpido, llegamos al bosque y aunque realmente no quería entrar al final termine cediendo, pasamos por muchos árboles, piedras y casi nos perdemos por culpa de Malik, pero luego de casi 20 minutos dando vueltas en un bosque que no cedía paso a una mínima fuente de luz, llegamos a un claro donde pasaba el tan deseado rio.
No era un rio muy profundo, pero por la luz del claro que reflejaba por la luna, desprendía una luz que hechizaba a cualquiera, en ese momento todos comenzamos a quitarnos la ropa y entramos al rio, pasamos un buen rato jugando y nadando en ese rio, hasta que Camila escucho una risa ajena a la nuestra, en un inicio pensamos que solo era el viento, pero después de unos minutos ya no fue solo una risa, yo ya no estaba a gusto, así que decidí salirme del rio, siempre detesté ese tipo de bromas. Cuando fui a recoger mi ropa escuche un grito de ayuda, voltee de inmediato con dirección al grito, mis ojos se abrieron tanto que pensé que se saldrían de mis cuencas, Marcos mi amigo, casi mi hermano, vi como frente a mi era levantado por el aire mientras sus extremidades se enroscaban poco a poco hacia su centro para finalmente caer muerto ante nuestros ojos en el rio, todos nos paralizamos, algunos vomitaron y los que reaccionaron se salieron del rio de inmediato para buscar sus cosas y correr, yo por otra parte no me pude mover, pensar que mi amigo de toda la vida había muerto delante de mis ojos sin poder hacer nada, ni un grito, una lágrima o un instinto por preservar mi vida, nada.
Draven al ver que no me movía decidió hacerme reaccionar, después de la cachetada que me metió para reaccionar, abrace mis cosas y comenzamos a correr, mientras corríamos pude escuchar una canción infantil que tarareaban, eso solo provoco que mi sangre se helara pero no me detuve y seguí corriendo, corrí tan rápido como pude, no me importo que estuviera sangrando por pisar espinas, o los golpes de las ramas que me deba, solo corrí hasta que en un momento dado, otro grito se escuchó, esta vez a mi lado; Sabrina gritaba desesperada cubriéndose la cabeza, poco a poco una sombra se acerco a ella y aunque Draven trato de ayudarla fue imposible, nuevamente frente a mis ojos, mis 2 amigos fallecieron atravesados por un árbol caído, necesitaba salir de ese bosque, comencé a correr con desespero, por todos lados los escuchaba, Malik suplicando piedad antes de ser degollado por esa sombra, Camila choco conmigo mientras intentábamos escapar, la tome del brazo y corrimos hasta poder salir del bosque, una vez que salimos no nos detuvimos hasta poder llegar a la ciudad, o ese era el plan, Camila murió arrollada por una camioneta que se desvío, mi última amiga murió frente a mí, mientras yo le sostenía el brazo, el conductor nunca se detuvo, quise gritar mil maldiciones y llorar sin parar, pero nuevamente escuche esa canción infantil, yo ya no tenia fuerzas para correr y tampoco quería hacerlo, solo quería morir ahí junto con ellos.
Escuche pasos que se acercaban cada vez a mí, no intente nada, solo voltee poco a poco con dirección a esa melodía; esa maldita melodía aun resuena en mi cabeza, “Iron and Steel, Will bend and bow Bend and bow, bend and bow, Iron and steel will bend and bow My fair lady”; con cuidado y precaución comencé a levantar mi vista para poder observar de donde provenía esa canción.
Zapatos rojos, un vestido que recuerda a esas pinturas de la época victoriana, una piel pálida cual porcelana, cabellera azabache, ojos de un tono purpura intenso y finalmente unos labios finos, pero de un color carmín; no podía creer lo que mis ojos me mostraban, la causa de la muerte de mis amigos fue ella, una jovencita, una muñeca, creí haber enloquecido.
Pero no fue así, a cada paso que daba esa joven mi miedo aumentaba, hasta que finalmente ella puso su mano de porcelana en mi hombro, poco a poco sentí como mi cuerpo poco a poco se volvía más frio y pesado, mis ojos se abrieron más y finalmente todo se volvió negro.
No estoy seguro de cuanto tiempo ha pasado desde ese momento, sus gritos siguen grabados en mi mente y por mucho que quiera mis ojos no se deben de cerrar, nadie debe de saber que estoy aquí, mi familia piensa que fallecí ese día, esa joven nunca más la volví a ver, pero yo solo puedo quedarme aquí luchando contra la ira, envidia y la tristeza que me corroe al ver esos jóvenes que juegan en el rio frente a mí, tal vez solo debería, yo podría hacerlo, soy capaz, yo… yo… yo me voy a liberar.
OPINIONES Y COMENTARIOS