Ya eran las tres de la mañana. La noche, como de costumbre, era lúgubre y oscura, con densas nubes cubriendo la tenue luz de las estrellas y la luna.

Desde hace unas horas, los músicos habían empezado a embrutecerse con variedad de bebidas, que era lo único que su escaso capital les permitía comprar.

Celebraban con tanto entusiasmo su primer gran concierto, su primer gran éxito, su primer gran paso. Para ese momento la mayoría estaban inconscientes o balbuceando palabras imposibles de entender.

Los pocos que, a duras penas, mantenían su conciencia habían detenido su beber para conversar con los demás de sus cortas pero intensas vidas. Uno de esos momentos en los que no piensas al instante, pero que recordaras por el resto de tu vida.

Una de ellos, Lyra, se levanto. Apenas había tocado botellas ese día, el alcohol y demás substancias ya abran perjudicado su vida lo suficiente. Ya no podia verlo como algo recreativo.

“Ya te vas?” Anticipo uno de sus compañeros, Javi.

“Le prometí a Nico que celebraría mi cumpleaños con él.” Respondió la chica, intentando disculparse por su fuga.

“No te preocupes.” Su más despreocupado amigo le dijo.

Lyra aprovecho para despedirse de los pocos amigos que se mantenían estables. Les advirtió de forma sarcástica que cuiden a los borrachos mientras se llevo su guitarra a la espalda. 

Apenas abrió la puerta sintió una brisa helada chocar con us cuerpo. Lamento aberramos tirado su abrigo durante el concierto. Sintió escalofríos en sus brazos y espalda, cualquier parte de su cuerpo que estuviese descubierta sufrió por el viento de invierno. Considero regresar al estudio para encontrar algo similar a un abrigo. Aunque considero que era lo suficientemente tarde para ella.

Acelero su paso ligeramente para mantenerse en calor, y llegar más rápido. Para evitar pensar en el aire helado mantuvo su mente en el concierto que protagonizo hace un par horas, en como el publico gritaba su nombre y cantaba sus propios versos. Reflexionaba profundamente en el viaje que había transcurrido.

Lyra decidió tomar un camino alterno, aunque normalmente cursaría por un parque cerca de su casa, esta vez atravesaría un par de callejones para acortar camino. Los edificios a su alrededor la cubrirían del aire y también llegaría más rápido a su apartamento.

Emprendió su camino apresuradamente. Cerro sus manos en forma de recipiente y las soplo para calentarse.

Lyra giro a a derecha y sintió cómo su abdomen era perforado. Su atacante la abrazaba para evitar que pudiera huir. La música pudo sentir cómo la navaja perforaba su abdomen con facilidad, 4 o 5 veces, hasta que el atacante se retiro. Dejando a la joven en el callejón.

Las piernas de Lyra empezaron a temblar, al igual que sus manos. Callo al piso rápidamente, se toco el abdomen para notar lo obvio, su mano estaba manchada de su propia sangre. Su vision se ponía borrosa y estaba angustiada, de morir ahi, de no poder despedirse ni de su novio, ni sus amigos, ni de su publico.

“Frio…” Exclamo con la voz temblorosa, su piel se empezaba a ver mas pálida. Luchaba por mantener los ojos abiertos. “Hace tango frio.” Suspiro.

A las 3:49 de la mañana. Lyra Atriaga murió apuñalada en un callejón con un nombre al que pocos le prestan atención. Donde sin nadie saberlo, iba a nacer una de las leyendas de la música.

Etiquetas: cuento frío muerte

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