La noche de Raúl

La noche de Raúl

Ema UB

13/07/2023

Esa noche la psicología la ejerció el alcohol, la mente del mal llamado doctor de mentes dementes -sin contar que la suya propia está demente- no siempre está en disposición de diseccionar las confusiones de otros y en esas condiciones es mejor dejar que el hombre busque su propio bienestar, inclusive si eso implica que se hunda en los mares de líquidos venenosos como el alcohol, que por algún motivo los árabes le llamaron así – al alma-

Con la cara sonrojada, el equilibrio ausente en el cuerpo y la gracia de reír por todo, invocó a la honestidad y se confesó así:

«Yo soy el hombre al que la gente acude para contarle sus problemas y especialmente esos que tienen que ver con las emociones. En casi todas las ocasiones vienen a mí para buscar la solución definitiva al matrimonio -la separación- y yo sin pelos en la lengua les digo que el divorcio es lo mejor, pero yo mismo no soy capaz de dejar a mi esposa y el pretexto perfecto son mis dos hijos. Hijos que no sé si son míos; el primero, tiene los ojos claros y nació antes de tiempo. El segundo, tiene la piel obscura y el cabello rizado. Yo no soy moreno, ni rizado y no tengo los ojos claros, pero me trago el cuento de que esos dos niños son mis hijos y ¿por qué? porque soy tonto, si, soy un tonto.

Soy un tonto que se casó con una mujer que no quería solo por la duda, pues una noche la hice mía y pensé que el descuido implicaba un hijo en camino y la esperanza de que la convivencia puede hacer nacer el amor, pero nunca nació y siento que todo este tiempo fui un bufón. Un payaso con  estudios superiores que da consejos a otros, pero no puede aconsejarse a si mismo.

Soy un tonto con sueños que no persigue, con ilusiones que no materializa por la indecisión.

Soy un tonto, no hay solución y ustedes… ustedes…»

Cayó con los pies al aire y la cabeza azotada contra el piso. Los colegas y yo lo levantamos del piso, le acomodamos la camisa y emprendimos con la tarea de llevarle a su hogar. Al descender del auto y estar prestos a entrar, vimos al colega Manuel Rodizos saltando por la  ventana con la camisa a medio botonar y los zapatos en manos. Entonces supimos a quién se parecían los hijos de Raúl.

El lunes por la mañana Raúl no llegaba, los pacientes se desesperaban, así que decidimos llamar al hogar, fue cuando la mal llamada esposa dio la noticia. El buen Dr. Raúl había muerto, la causa, ahogamiento en su propio vómito. Así acabó la historia: Raúl muerto, Manuel con dos hijos y la viuda huyó con otro de mal corazón para corresponder a su venenoso amor.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS