La cosas de la vida, nada ocurre por casualidad. Todos estamos llamados por la divina providencia, a cumplir los designios de algún soñador, que crea mientras duerme nuestros destinos…
La vida, por si yo aún no lo creía, me lo ha vuelto a demostrar.
Una madrugada, de las que en ocasiones me levanto sin sueño, me hice un café y abrí Instagram.
Apareció una cuenta que no sigo, pero que me cautivo. «Elpianistadelamanoizquierda». Visualice el video donde contaban la historia de un pianista, que tras sufrir un Ictus, había comenzado a tocar el piano solo con la mano izquierda. Me llamó poderosamente la atención, y se me erizó el vello cuando recordé, que un mes antes, en un acto cultura de la ciudad de Málaga, una colega me comentó, que había llegado tarde, porque venia de la Sala de conciertos María Cristina, y había quedado impresionada, con el concierto de un pianista que solo tocaba con la mano izquierda.
Yo no le di más importancia, y comenzamos el acto. Y ahora estaba escuchándole tocar , «Una Matina» de Ludovico a través de las redes sociales, que de vez en cuando, algo bueno tienen.
Quedé maravillada y no me pude contener en escribirle un comentario.
– Cuanta belleza en la pieza que interpretas, y sus ritmos, tan diferentes de la original, transmiten la belleza colateral de ser el pianista de la mano izquierda, y lo que ello conlleva. Con una mano los ritmos han cambiado, y la velocidad…Pero quién quiere prisa, los acordes llegan y se esperan con paz, paciencia que transmites…
Unos meses después de aquel comentario, al que respondió, estábamos tomándonos un café mientras me contaba su historia que va a ser escrita por mí. ¡Qué alegría!
Ahora mientras golpeo las teclas de mi ordenador, imagino que son las teclas del maravilloso piano que me habría gustado acariciar y llenarlo de música.
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