Metallica dijo lo que venía a hacer en los primeros treinta segundos de la primera canción de su primer álbum. Hit The Lights empieza como la mayoría de canciones metal terminan. Treinta segundos de potencia y distorsión, el característico sonido del heavy de alta pureza.
Como se trata de la estratégica Metallica, la ruidosa introducción que eligieron para presentarse ante el mundo, definitivamente debía poseer un propósito mayor. No podía tratarse sólo de medio minuto de insania.
Lo que querían decirnos con el arranque de Hit The Lights era una cosa muy simple, pero potente: que Metallica llegaba para golpear. Más fuerte, más rápido, más sucio, más pesado. Más actual, más local. Más real. Al máximo volumen posible.
Y así lo hicieron, más o menos. No se puede negar que cumplieron su promesa; fueron consecuentes con el mensaje inicial. Lo demostraron con música, al grabar esos cinco primeros geniales álbumes. Del Kill’Em All al disco negro. Cinco. Los críticos más duros cuentan solo cuatro, hasta el And Justice For All, lo que me parece irracional porque el disco negro es muy bueno.
Pero la magia acompañó a Metallica solo en sus cinco primeras grabaciones, ya que luego del éxito alcanzado con el disco negro, todo cambió para mal. Cambiar, cuando estaban en su mejor momento, por algo que ya no se parecía a Metallica. Y peor aún, sin tomar en cuenta la reacción de sus seguidores a este radical giro, carente de todo sentido.
Una pena que les saliera tan mal, musicalmente hablando. Porque Metallica no solo era una banda de rock pesado. Era algo más, semejante a un caudillo, alguien a quien seguir, casi sin condiciones, por la identificación musical y personal que originaron en la cada vez mayor horda de fanáticos enganchados con su música desde el Kill’Em All, para dos grabaciones después convencernos de manera absoluta que aquel era el camino correcto, al crear la inigualable obra maestra titulada Master of Puppets.
En consecuencia, les fue negada la inspiración y creatividad de la que antes gozaron. Para siempre. Los dioses del metal así lo decidieron, sin mostrar misericordia. Deberían pagar por sus ofensas, sufriendo el peor castigo posible, ya que después de sus primeros cinco álbumes, nunca más pudieron componer algo decentemente bueno, ya que lo que vino a partir del Load no es nada que valga la pena escuchar.
Lo que pasó con Metallica después del disco negro es sumamente extraño. Toda esa genialidad no puede irse de un momento a otro. No por cortarse el pelo y cambiar polos negros por camisas de colores. Eso es absurdo. ¿Porque el Load es heavy y no thrash? El disco negro tampoco es thrash metal. Es pesado, pero ninguna canción tiene la velocidad del thrash. Los cuatro primeros sí.
Metallica intentaba cosas nuevas, pero seguía siendo Metallica. ¿El grunge? De hecho. El sonido de Seattle nos atrapó por completo. Pero, si eran Metallica, ¿por qué le temerían a nadie? ¿Experimentar? ¿Reinventarse? Tiene más lógica. ¿Los clásicos conflictos internos? Lars vs James. Lars vs Jason. Lars vs Bob Rock. Las peleas y discusiones deben haber influido en algo. ¿MTV, con todo su dinero y alcance? Definitivamente.
Metallica creó un inconfundible sonido propio, que los desmarcó y colocó por encima del resto. Este sonido particular de Metallica por supuesto que se debe a la velocidad, la potencia, el bajo sucio y grave, el pesado y veloz rasgueo de riffs, y la furiosa voz de James. Todo eso comprende el sonido de Metallica. Pero, hasta cierto punto. Hay algo más que es lo que realmente hace que Metallica suene a Metallica. Una combinación de notas y efectos únicos. Melodías y Armonías. El espíritu de Metallica. Que no se presenta en todas las canciones, ni siquiera en una canción completa. Puede aparecer solo en algunos pocos segundos, o puede tomarse uno o dos minutos. Pero se nota claramente cuando sucede. Cuando Metallica suena al mejor Metallica.
Y los responsable de esto son Kirk Hammett y su guitarra ESP KH-2, personalizada para las manos de uno de los mejores guitarristas del mundo. El real espíritu de Metallica que hace que Metallica suene a Metallica es Kirk Hammett.
La mayoría cree que Metallica era Metallica por James. Porque puede que Hetflield fuera el mejor frontman de su época; y fácil el tipo más cool del mundo. Para muchos es como un dios, y lo entiendo. Su presencia es impactante. Una pierna adelante y otra detrás, listo para arremeter, arqueado sobre el micro en una actitud recontra achorada. Eso se admira y respeta.
Todo eso era James Hetfield. Y Metallica tampoco sonaría a Metallica sin él. Además, Cliff Burton era una leyenda viviente y un gran bajista. Y por otro lado esta Lars, el cerebro calculador que maquinó todo desde el principio.
Después de darse cuenta de su tremendo error, trataron de volver al thrash con el Death Magnetic, pero ya era demasiado tarde para corregir. Con la inspiración negada, la realidad era que Metallica había muerto.
Por lo menos en lo a que composiciones se refiere, ya que cuando se presentaban en vivo siguieron siendo el Metallica que antes admirábamos tanto. Metallica podrá haber cambiado el sonido en cada álbum que sacaron, pero en vivo siempre sonaban a puro Metallica. En vivo continuaron arrollando y llenando estadios, aunque muy pocos compraran sus últimas grabaciones.
Cuando olvidemos por un momento lo que Metallica hizo por la música en sus mejores tiempos, algunos clips de sus conciertos nos pueden ayudar a recordar: Hit the Lights en Chicago en 1983; For Whom the Bell Tolls en el mítico Day on the Green en Oakland 1985; Battery en Seattle 1989; Whiplash en San Diego del Live, Shit, Binge & Purge en enero del 92; o The Shortest Straw en Washington D.C. en julio del mismo año.
Por eso Metallica siempre será Metallica. Ganaron por mérito propio un lugar en la historia con esos cinco geniales primeros álbumes. Lo que vino después, realmente no importa.
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