Soy Philip Kaupa, nací en Francia hace 25 años y tengo la enfermedad del árbol, de mi piel crecen verrugas que parecen ramas, mi cuerpo está cubierto de máculas, mis manos y pies son como las raíces de un árbol, es una enfermedad extremadamente rara. Las escamas empezaron cuando tenía 12 años, mi padre Andrew me llevó al hospital en Paris, los médicos quedaron inmóviles ante la presencia de un árbol humano, durante años me hicieron estudios y 7 cirugías para quitar las verrugas, la medicina finalmente determinó que no tenía cura y que debía aprender a vivir con las ramas que crecían de mi cuerpo.
Mi madre Cathy siempre estuvo conmigo, me llevó a un lugar donde los raros somos vistos como una entelequia ideal, una escuela de arte en el centro de Paris, la Nouvelle Vague, me enseñaron a tocar el diyeridú, pintar con las ramas y recitar poesía.
Andrew me llevo a la biblioteca nacional de Francia, asistíamos a conciertos de ópera, me volví un árbol ilustrado gracias a mi padre, he leído más de 800 libros entre literatura, ensayo, poesía y ciencia, los psicólogos dicen que tengo un coeficiente intelectual alto.
Ser un fenómeno te vuelve un taciturno creativo, las ramas de mis extremidades han crecido y me han convertido en un árbol fuerte. Sin el apoyo de mi madre mis raíces me hubieran hecho perder la razón, Cathy me enseñó a quererme a través del humor y la creación.
Mi mejor amigo es Ichiro, lo conocí en la escuela de arte, fue él quien me presento a la gente del circo, tiene un record por tener todo su cuerpo tatuado, puede estar horas hablando de Atacama, una región de Chile donde según él nació el tatuaje hace más de 4000 años…
Un día le dije a Cathy que me iba de trotamundos con Ichiro y con los del circo, mi nombre artístico “El hombre árbol”, había tomado la decisión de unirme al club de los raros, me fui de casa con el “Teatro mágico: solo para locos” el circo itinerante, con funciones todo el año y viajando por el globo en un camión que conduce un filipino que tiene el récord del hombre más feo del mundo.
El grupo está conformado por el enano australiano, la mujer velluda, el hombre más feo, el más elástico, el más tatuado y por supuesto el hombre árbol.
Los medicamentos me ayudan con la comezón de las ramas, pero con la autoestima me ayuda Nelson, el Filipino que conduce el camión de nuestro circo, es tan feo el desgraciado que tiene el record mundial por tener la cara más antiestética del mundo y a pesar de eso siempre está feliz, cuando me siento inseguro de mi belleza me quedo mirando al Filipino y se me pasa la inseguridad; Ichiro mi mejor amigo es Japonés, tiene tatuado todo el cuerpo en arte neo tradicional, incluso el rostro, lo amo porque es un rebelde sentimental; el enano australiano es adicto a todos los placeres mundanos, en especial al dinero, es el jefe y contador del grupo, tiene un temperamento de los mil demonios, nadie quiere problemas con Billy el enano… La bella Zöe es la mujer velluda, una holandesa de Rotterdam, tiene una cabellera rubia que le crece en todo el cuerpo, incluso en el rostro, cuando viajamos por Argentina tomamos vino tinto y trate de seducirla, pero me dijo que estaba enamorada en secreto de Ichiro el rebelde… James el elástico es de Eslovenia, no me cae bien y no sé porque está en el grupo, no es lo suficientemente raro para ser un fenómeno de circo, coloca sus pies detrás de la cabeza como los yoguis de la India y esa es su única gracia.
Hemos viajado por todo el mundo, desde Ushuaia hasta Katmandú. Un día en Pakistán, antes de una presentación, Billy contacto con unos hombres de dudosa reputación, compró el hachís más fuerte de medio oriente, fumamos todos en una narguilé turca dentro del camerino y luego entramos a escena, la mujer velluda encarnaba a Pamela Anderson desplegando sensualidad en su baile, Ichiro cantaba con una voz horrible las canciones de Frank Sinatra, el enano se sentía todo un gánster italiano y empezó a imitar a Vito Corleone de la película El padrino, el elástico dio una presentación impecable de gimnasia artística y yo recité poesía grecolatina y un monólogo sobre filosofía de la ciencia.
La última en incorporarse al grupo fue Fatmire, la conocimos en un pueblo en Albania, tiene tres tetas y cuando se unió al “teatro mágico: solo para locos” fue toda una sensación, los hombres asiáticos se volvían locos y los del circo también estábamos encantados por la exuberancia de nuestra Fatmire, la única que parecía enojada con la nueva integrante era Zöe, toda la atención ahora era para Fatmire, todos la tratábamos como a nuestra nueva reina fenómeno, pero yo la quería para mi…
Hace unos días regresé con el circo a casa, me voy a casar con Fatmire la siguiente semana en Paris, me enamore de su carisma y de sus tres tetas y ella se enamoró de mis ramas y de mi habilidad para tocar el diyeridú… Billy el enano va a ser el pajecito de bodas, Andrew va tocar el piano, Zöe es la encargada de recibir a los invitados, el filipino va ser el fotógrafo, James el elástico no va a hacer nada, pero igual está invitado, Cathy está preparando el pastel y está feliz, Ichiro va a cantar sus horribles canciones de Frank Sinatra y también se va casar con Zöe ese mismo día.
Somos los raros del mundo, el humor es nuestra insignia, la familia y la amistad nuestra medicina, la vida es más bella cuando nos aventuramos al mundo con nuestras rarezas, si algún día te sientes feo acuérdate de Nelson el Filipino, el hombre más feo y feliz del mundo o si te sientes raro acuérdate de Philip el hombre árbol.
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