“TU CORAZÓN ES MÍO”

Basándome en lo vivido contigo, me tomé la libertad de escribirte un mensaje, mi primera frase fue:

“TU CORAZÓN ES MÍO”

La puse centrada en mayúscula, negrita y entre comillas porque quería resaltar la importancia de la oración, pero CORAZÓN es un sustantivo indómito y no le gusta ser encasillado, así que ofendido pisoteo a ES MÍO, tomó a la T como espada y a la U como escudo y deseoso de su libertad esgrimió contra las comillas; como murallas que contienen y protegen un bien preciado, las pobres resistían, pero ante el airado ataque sucumbieron, cayeron estrepitosamente desde lo alto hasta la delgada línea azul, primero las izquierdas y luego las derechas.

Ya libre y sin soltar su espada y escudo, CORAZÓN corrió rápidamente por el renglón hasta llegar al borde de la hoja, allí mágicamente le salieron alas y se echó a volar.

El lápiz que fue testigo de lo sucedido, temeroso se negaba a escribir más, ni hablar del pobre borrador que horrorizado tuvo que limpiar los restos de una oración que jamás debió ser escrita.

Así fue como TU CORAZÓN partió dejando atrás una mancha de destrucción sobre una ajada hoja, la que aún conservo como evidencia de que el papel es capaz de soportarlo todo, incluso los pensamientos estúpidos de un ingenuo enamorado.