Cuando de iris tiñes mi arco no todo se ve en blanco y negro.

Mi infeliz cara sonriente y tu jocosa mueca triste.

Tu llamada sigilosa y mi sonoro silencio.

Te detesto y me amas, te quiero y me odias.

Esto es así: gris. 

Así lo hemos creado. Sigamos viviéndolo pues. 

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