La vida subterránea

La vida subterránea

Lady Enowi

18/03/2023

Cada mañana me enfrento a él, justo en el preciso momento en el que ya ha comenzado el día pero todavía no estoy despierta del todo. Viene codiciosamente, me permite buscar mi espacio y entramos en contacto. A veces, solo a veces, ese alarmismo me hace adentrarme en él de una manera amable, sigilosa, con el encuentro inesperado de algo que refleja el paso de una noche intensa. Hoy, sin embargo, decido quedarme en el vacío que me tiene preparado. Se abre y se cierra, sigue. Dentro de un minuto la misma acción. Vuelve el estruendo del acorde acompasado, mostrado, con tal desafino que, sin querer, huyo de él a través de la mirada perdida. Cualquier lugar es bueno para posarse. La falta de luz natural se compensa con las vidas que pasan rozando. Hay oxígeno para todos aunque algunos parecen no apreciarlo. Eso sí que es una gran pérdida.

La mirada huidiza del intervalo ruidoso busca otra similar. Casi siempre que se encuentran, se abrazan, se agradecen la misma visión de la vida. Transfusión momentánea de aliento a consumir cuando más lo necesites. Otras veces, en cambio, se sobrecoge, voyerista, con los párpados caídos y los perfiles escapistas que no anhelan otra cosa que el regreso. A pesar de todo, merece la pena este viaje, el de las siete y veinte de la mañana de un día cualquiera.

De repente, se desconecta mientras escucho a intervalos el sonido de mi respiración. La orquesta de suspiros y miradas de muñeca da paso a un extraño ruido que se intercala entre los vacíos. El mismo que recorre el espacio entre los cuerpos. Sístole, diástole. Sincinesias fortuitas se encuentran buscando un hueco vital donde poder apreciar mejor ese escenario que aparenta estar con la función acabada. Solo queda esperar. Tras quince minutos de oscuridad y sin aplausos, los engranajes plantean una segunda vuelta. Todos los pensamientos e hipótesis disparatadas se desvanecen como vaho en un espejo de baño. Vuelve la música, y con ella, el calor del penduleo de los cuerpos, que rebobinan, casi rozándose, a la escena anterior. Próxima estación Retiro.

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