Escaleras viejas.

Escaleras viejas, escaleras fuertes. Desde pequeña admiraba aquellas escaleras que reposaba detrás del patio.

Imponía fuerza, altura y firmeza. Mis hermanas se aventuraban a las alturas y subían hasta el escalón que podían, yo solo observaba admirando su valentía por aventurarse a subir aquel gigante.

Mi miedo al gigante me aterraba, sin embargo, mi deseo de subir y saber que había en el exterior era enorme. Por ello, me fui sola al patio y subí las escaleras.

Al subir sentía la suave briza toparse en rostro, la rasposa madera de los escalones y el tambaleo de todo su cuerpo, aun así seguí subiendo hasta que por fin llegue al ultimo escalón.

Observe los infinitos techos de las casas, arboles verdes que sobresalían, las nubes mas blancas que he visto y el sol transmitía mas calor que en aquellos días.

Ese día fue mi mejor recuerdo.

Lastima que ya no puedo regresar.

Moriría por subir aquellas escaleras viejas otra vez, o por lo menos, una ultima vez.