Infraordinario. La comezón que no consigues aliviar. Constantemente recordándote que sigue ahí, burlandose de ti, ya que tu mano no es lo suficientemente ágil para alcanzar la piel irritada. Necesitas a alguien más, alguien que con su tacto atenúe la molestia en tu piel, pero por mucho que llames su nombre en el pasillo, nunca vendrá. Así es el duelo.
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